Revista Atenas. ISSN: 1682-2749. Nro. 61 (2023) enero-diciembre págs.[1 - 13] http://atenas.umcc.cu

Formación académica del estudiante en Trabajo Social e incidencia de su praxis ciudadana
Academic training of the student in social Work and incidence of his citizen praxis
Formação acadêmica do aluno em Serviço Social e incidência de sua práxis cidadã

Artículo de investigación

Emma Elizabeth Pérez Sosa
Universidad de San Carlos de Guatemala.
https://orcid.org/0000-0001-5469-6750
elizabethperez0410@gmail.com

        

Recibido: 24/01/2023   Evaluado: 27/02/2023     Aceptado: 30/03/2023                                                                                                                                                                                        

Cómo citar el artículo: Pérez-Sosa, E. E. (2023). Formación académica del estudiante en Trabajo Social e incidencia de su praxis ciudadana. Atenas, nro 61, e10024, 1-14.

 

Resumen

La formación de practicantes en la carrera de Trabajo Social del Centro Universitario de Noroccidente Universidad San Carlos de Guatemala, vinculada a su práctica política del conocimiento; proceso que involucra también a coordinadora, facilitadores y pobladores, no contribuye significativamente al cambio de mentalidad, actitud y comportamiento emancipador poblacional. Objetivo “Establecer la formación académica del estudiante en Trabajo Social e incidencia de su praxis ciudadana”. Investigación longitudinal, tipo panel. Métodos de observación, grupo focal y entrevista a profundidad. Técnicas reunión y visita. Muestreo cualitativo u opinático y Atlas.ti para análisis categorial. Resultados: inexistencia de estrategia epistemológica-andragógica macro orientadora de métodos, metodologías y actividades adecuada a contextos diferentes para fortalecer la praxis ciudadana, dificultad autónoma de practicantes para superar prácticas metodológicas- pedagógicas ante formación tradicional que limita propuestas apropiadas, tiempo limitado de pobladores para su participación ciudadana por economía cotidiana especialmente informal. Conclusión, factores como: diseño-evaluación curricular, normas administrativas de práctica, endeble organización gremial, falta de ejercicio andragógico en práctica, débil desarrollo autónomo de practicantes y efectos de la coronavirus-19 influyen procesos de praxis para la emancipación poblacional, lo que implica evaluación curricular, fortalecer teoría grupal- comunal andragógica, así como fortalecimiento gremial que estimule liderazgos estudiantiles y poblacionales para la participación ciudadana.

Palabras clave: estudiante de Trabajo Social, formación académica, praxis e incidencia ciudadana.

 

Abstract
The formation of practitioners in the Social Work career of the University Center of Northwestern San Carlos University of Guatemala, linked to its political practice of knowledge; a process that also involves the coordinator, facilitators and settlers, does not contribute significantly to the change of mentality, attitude and emancipatory behavior of the population. Objective "To establish the academic formation of the student in Social Work and the incidence of their citizen praxis". Longitudinal research, panel type. Observation, focus group and in-depth interview methods. Meeting and visit techniques. Qualitative or opinion sampling and Atlas.ti for categorical analysis. Results: non-existence of epistemological-andragogical macro-oriented strategy of methods, methodologies and activities adequate to different contexts to strengthen citizen praxis, autonomous difficulty of practitioners to overcome methodological-pedagogical practices in the face of traditional training that limits appropriate proposals, limited time of inhabitants for their citizen participation due to daily economy, especially informal. Conclusion, factors such as: curricular design-evaluation, administrative norms of practice, weak union organization, lack of andragogic exercise in practice, weak autonomous development of practitioners and effects of coronavirus-19 influence praxis processes for population emancipation, which implies curricular evaluation, strengthening andragogic group-communal theory as well as union strengthening that stimulates student and population leaderships for citizen participation.

Keywords: Social Work student, academic formation, praxis and citizen incidence.

 

Resumo

A formação de profissionais no programa de licenciatura em Trabalho Social no Centro Universitário do Noroeste da Universidade de San Carlos da Guatemala, ligada à praática política do conhecimento, um processo que também envolve o coordenador, facilitadores e habitantes, não contribui significativamente para mudar a mentalidade, a atitude e o comportamento emancipatório da população. Objectivo "Estabelecer a formação académica dos estudantes em Serviço Social e o impacto da sua práxis cívica". Pesquisa longitudinal, tipo painel. Observação, grupos focais e métodos de entrevista profundidade. Técnicas de reunião e visita. Amostragem qualitativa ou de opinião e Atlas.ti para análise categórica. Resultados: inexistência de uma estratégia macro-orientada epistemológica e dogmática de métodos, metodologias e actividades adequadas a diferentes contextos para reforçar a práxis cidadã, dificuldade autónoma dos praticantes em ultrapassar práticas metodológico-pedagógicas face à formação tradicional que limita propostas adequadas, tempo limitado dos habitantes para a sua participação cidadã devido à economia quotidiana, especialmente informal. Em conclusão, factores tais como: concepção curricular-avaliação, normas administrativas de prática, fraca organização sindical, falta de exercício andragógico na prática, fraco desenvolvimento autónomo dos praticantes e efeitos do coronavírus-19 influenciam os processos de praxis para a emancipação da população, o que implica avaliação curricular, reforço da teoria andragógica grupal-comunal, bem como o reforço sindical que estimula a liderança estudantil e populacional para a participação dos cidadãos.

Palavras chave: Formação acadêmica, estudante de Serviço Social, incidência, prática cidade.

 

Introducción

La formación de estudiantes en Trabajo Social se ha fundamentado en dos currículos durante 34 años, sin haber coadyuvado a desarrollar su preparación teórica, epistemológica y metodológica autónoma, que comprometa su accionar con elevar niveles de organización poblacional para la participación ciudadana y movilización social, que demanda el elevado nivel de corrupción por políticos y funcionarios a diferentes niveles,  lo cual no incide significativamente al cambio de mentalidad, actitud y comportamiento emancipador de pobladores. Así también, facilitadores con diferentes experiencias y conocimientos que desarrollan procesos anti andragógicos que no facilitan a practicantes su accionar ciudadano, lo cual se replica con pobladores adultos que viven diferentes falencias, dada sus condiciones de pobreza y pobreza extrema; objeto de estudio de la disciplina.

El facilitador orienta y desarrolla el contenido curricular y juega papel determinante en la formación, por ello, Toruño (2020),  indica la vigencia de los postulados de Vigotsky en la pedagogía del siglo XXI, ante necesidades y transformaciones sociales, políticas y económicas de sociedades que demandan una nueva respuesta educativa y desempeño del facilitador, que supere el reduccionismo biológico, individualista y academicista del aprendizaje, contextualice la realidad sociocultural, identifique la influencia de la estructura social en psicología del ser humano, la edad de los participantes y no ver a la población estudiantil como recipiente vacío.

Además, Cárdenas (2020), sustenta la importancia de la andragogía en su carácter inter y transdisciplinario para la educación universitaria y Castillo (2018), plantea que el aprendizaje es un proceso multifactorial cotidiano, es la relación entre la persona y su ambiente.

Por otra parte, los facilitadores mayormente no dominan paradigmas que sustentan epistemológicamente a la disciplina para el logro de una praxis significativa de los practicantes, que les permita ser críticos y demostrar valores que le den legitimidad y prestigio ético en la sociedad.

Según Reglamento del Personal Académico, capítulos VI y VII de la Universidad San Carlos de Guatemala (2020), son obligaciones del facilitador:
Participar en programas permanentes de formación y desarrollo del personal académico, atender puntualmente sus actividades y atribuciones, cumplir con horarios y calendarios establecidos, desempeñar comisiones para las que fueren designado, asesorar a estudiantes en la ejecución de trabajos y atender consultas, identificar problemas de la realidad nacional y plantear soluciones a través de la docencia, investigación y extensión. (p. 74)

A diferencia de la Universidad Autónoma de Nuevo León México, el facilitador es asesor, facilitador, modelo, proveedor de información, desarrollador de recursos y planeador, como lo cita Ayerbe (2010), “Toda profesión docente desarrollada implica: un saber específico fundamentado y sólido, un progreso continuo de carácter técnico, una fundamentación crítico-científica, autopercepción positiva del profesional; inserción profesional en coordenadas éticas y deontológicas” (p.9).

La coordinación de carrera generalmente nombrada políticamente, cuenta con perfil bajo para ejercer la administración educativa del currículo; diseño, implementación, evaluación y funcionamiento con mejoras continuas, por ello, el capital humano y satisfacción laboral son variables a considerar para asegurar experiencia, habilidades, conocimientos, trabajo en equipo, aprendizaje continuo, libertad de expresión, aportes y reconocimiento por trabajo bien hecho. Pedraza (2020), la administración educativa necesita de implementar estrategias que favorezcan potenciar competencias de profesores y su satisfacción laboral con incidencia en el desempeño y calidad formativa contextualizada de participantes practicantes para atender demandas sociales con participación ciudadana, mediante esquemas de eficiencia, eficacia y calidad en la gestión de prácticas.

Aunado a la debilidad en el perfil para administrar, no se da capacitación sistemática para la gestión educativa que oriente de mejor manera el proceso administrativo, puesto que Pedraza (2020), ello contribuye a mejorar imagen y proyección institucional, calidad de procesos, demandas sociales y servicios educativos, fortalecimiento de capacidades en servicio de participantes y logro de objetivos e indicadores académicos. La proyección social busca la inclusión y formación de redes estratégicas sustentables con pobladores, entidades gubernamentales y no gubernamentales, organizaciones sociales, políticas, religiosas, empresariales y de comunicación. En este contexto, se pretende establecer cómo es la formación académica y autónoma del estudiante en Trabajo Social e incidencia de su praxis ciudadana.

Otro factor de este proceso es la población, a quien no se le orienta mediante aspectos internos y externos de aprendizaje significativo y sociocultural, lo cual se acuña en Ausubel y Vygotsky citados en Nieva (2018), quienes resaltan la importancia de tomar en cuenta conocimientos previos en la adquisición de nuevos aprendizajes y que todo desarrollo orgánico se realiza en un medio cultural históricamente condicionado (ver tabla 1).

 

Tabla 1. Tabla comparativa de factores internos y externos


Factores

Ejemplos

Factores internos

Limitaciones emocionales y psicológicas, falta de motivación y perseverancia, miedo al fracaso, indeterminación y autocompasión excesiva.

Factores externos

Influencia familiar, problemas del entorno social, cultural y laboral, políticas educativas para población joven y adulta, diseño curricular, metodologías, estrategias, iglesia, comités y organizaciones juveniles de proyección social.

Fuente:  construida con base a Pérez, (2005), Schunk, (2012) y Biggs, (2005).

 Esta teoría entre otras, dan soporte a la teoría andragógica expuesta por Knowles, (2001), quien destaca las características de los aprendices adultos en lo biológico, legal, social y psicológico, considerándolos como seres que necesitan auto dirigirse. Knowles et al., 2001 dice “andragogía es cualquier actividad guiada intencional y profesionalmente, cuya meta sea un cambio en personas adultas” (p. 69) (Ver Fig.1).

figura1

Fuente: Tomada de Vygotsky, L. (1982). Obras escogidas (Vol. 2). Madrid.

Knowles, citado en Sánchez (2017) dice que “el aprendizaje es un cambio en el individuo, producido por la interacción con el ambiente, que satisface una necesidad y lo hace más capaz en las relaciones con su entorno social” (p.98); la orientación es un proceso que se da mediante la interacción, ya sea con otras personas o con otros medios del entorno, siempre tendrá una finalidad social que permitirá satisfacer necesidades personales, sociales y ciudadanas (ver tabla 2).

Tabla 2. Premisas del modelo andragógico.


Premisas

Características del participante

Función del facilitador

Necesidad de saber

Tener claro que necesita aprender

Buscar lo importante para el participante

Autoconcepto

Desempeño sin imposiciones

Erradicar formas trato infantil

Experiencias previas

Compartir conocimientos y experiencias

Brindar oportunidad de participación y reflexión

Disposición de aprender

Busca lo que le es útil

Selecciona contenidos útiles

Orientación aprendizaje

Aprende para la vida

Proyecta experiencias comunitarias.

La motivación

Busca calidad de vida

Procesos acordes a la realidad

Fuente: tomada de Knowles, (2001).

Finalmente, otro actor que no coadyuba a la emancipación de pobladores mediante su praxis ciudadana, es la débil preparación teórica, epistemológica y metodológica autónoma del practicante de Trabajo Social. Lo autónomo en lo educativo significa “asumir el control y compromiso de las metas y propósitos del aprendizaje y hacerlo propio” (Knowles, 2001, p. 150), no todos los participantes llegan a desarrollar la autonomía en su aprendizaje, pero sí, es una competencia que se pretende alcanzar en las instituciones que brindan educación popular, como la Universidad de San Carlos de Guatemala en la carrera de Trabajo Social.

La autonomía no surge espontáneamente, es un proceso que según Knowles (2001) citado en Bernal (2019) tiene cuatro etapas: “dependiente, interesado, participante y auto dirigido” (p.151). En el ámbito de las practicas no es común hablar de autonomía y tampoco se alcanza fácilmente, puesto que muchos prefieren estar en la etapa dependiente, porque “les da inseguridad, no conocen el área y necesitan alguien que los acompañe” (Knowles, 2001, p.44), otros se frustran en un proceso auto dirigido cuando no han desarrollado habilidades y destrezas necesarias, en tales casos tanto facilitadores como practicantes no se involucran en tareas de autorregulación que permita un aprendizaje con mayor libertad y optimización de recursos locales.

Es el caso que el practicante no alcanza la autonomía en las tres últimas etapas, por lo que su praxis no logra los objetivos esperados de la filosofía del Trabajo social, lo cual se acuña con lo expuesto por Feliciano (2019), quien indica que la práctica social profesional tiene carácter esencialmente político que convoca a contextualizar la misma desde la realidad económico social y política actual, de cara a políticas neoliberales y coloniales. También, la Fundación Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (2019), plantea que la participación del practicante supone integrar una concepción estructural, procesual y dinámica de mecanismos que faciliten una participación ciudadana digna y efectiva de la población excluida, puesto que la realidad social se reconfigura a partir de su lectura crítica cotidiana, que le da sentido transformador al entorno.

El fundamento que permite escribir sobre la orientación autónoma y práctica social, según Ortiz y Sánchez (2020), radica en algunas teorías del aprendizaje, como educar que significa acoger, instruir que es configurar y formar para emancipar, basadas en el constructivismo. Gallegos (2005) citado en Galarreta (2018), concluye que el practicante debe desempeñarse, desde el enfoque holista, formando mejores seres humanos, con valores que busquen el bien común y justicia social, que lo hagan más solidario, fraterno y crítico.

En este contexto teórico la práctica social de estudiantes de Trabajo Social no es autónoma, ni se convierte en orientación coherente con la realidad estructural-coyuntural, no la postula como herramienta de lucha ante poderes locales, donde se asume la praxis como proyecto transformador, como expone Marx (1845) en la décima primera tesis de Feuerbach, donde refiere a que los filósofos no han hecho más que interpretar la realidad y lo que se trata es de transformarla mediante una praxis ciudadana; unidad teoría y práctica que busque el bien común. A decir de Freire (2011) citado en Gadotti et al., 2021, la educación como praxis, consiste en pensar la práctica para pensar mejor y, sobre todo, para practicar mejor, partiendo de la realidad y de sí mismos, porque el hombre reconociendo su condición de excluido de los beneficios del capital, trabajará ya no para ser una mercancía más dentro de las relaciones de producción-explotación. De tal forma, que la falta de praxis ciudadana no le convierte en un medio de liberación para la formación de liderazgos, su accionar no legitima la disciplina.

El objetivo de escribir y socializar el presente artículo, es desarrollar prácticas académicas más significativas y trascendentales, mediante el análisis y diálogo académico sobre la emancipación para la incidencia ciudadana organizada, ante la corrupción de entes políticos que no buscan el bien común.

 

Metodología y métodos

El enfoque de investigación cualitativa longitudinal fue de tipo panel para lo cual se realizó un muestreo, seleccionándose diecisiete organizaciones base políticamente reconocidas y participantes en prácticas estudiantiles para lo que se diseñó un instrumento de caracterización que facilitó definir dicha muestra de tipo opinático por redes, donde se identificó a un sujeto y éste a su vez refirió a otros y éstos a otros.

Los métodos utilizados, de observación no participante con su técnica de visita y guía respectiva se implementó al contexto de diferentes actores seleccionados, grupo focal con su técnica de reunión y agenda correspondiente desarrollado con organizaciones y veinte entrevistas a profundidad (con el mismo proceso de muestreo) con su técnica de diálogo y guía aplicada a estamentos de practicantes, facilitadores y coordinadora posibilitaron la recolección de información y experiencias personales. Los instrumentos utilizados previo a su aplicación, fueron probados y avalados por muestra al azar de diferentes actores involucrados, dos veces al año para analizar y evaluar el accionar de estamentos específicos.  

La información categorial obtenida con la aplicación de métodos fue analizada e interpretada con el software Atlas.ti, mediante triangulación de datos y el método de diferencias y similitudes, lo que permitió identificar alcances de carácter descriptivo e interpretativo, así como determinar el nivel de orientación andragógica aportada por facilitadores, la autonomía educativa alcanzada por practicantes y factores poblacionales contextuales que incidieron en la práctica estudiantil.

La clase de estudio fue longitudinal por tres años, tipo panel y que según Hernández (2017) “los sujetos observados e investigados son los mismos en todo el proceso”. (p.137). La muestra fue de tipo opinático por redes entre participantes.

 

Resultados y discusión

Para dar respuesta a la pregunta de investigación ¿Cómo es la formación académica del estudiante en Trabajo Social e incidencia de su praxis ciudadana?, la información se trianguló por método y estamento, estableciéndose que: el diseño curricular no actualizado en doce años, no genera compromiso político en diferentes actores, el practicante desconoce estrategias andragógicas de orientación poblacional; no sabe cómo confirmar, validar, codificar, descodificar y socializar información, pues continúa aplicando el "copy page", que afecta su praxis.

También, la tendencia del currículo hacia el diseño de proyectos productivos y gerencia social, ya que estas modalidades no requieren mayor compromiso político-educativo del practicante. Máxime en tiempos de pandemia, donde prevalece el uso de plataformas para buscar y manejar información que incida en pobladores que acceden a ella. La importancia entonces de actualización curricular para mantener la pertinencia e incrementar la calidad de programas educativos, a fin de atender y resolver problemas y demandas sociales, a través del desarrollo profesional y crecimiento del ser para aportar al desarrollo humano (Crespo et al., 2022, p. 147).

Un modelo curricular orientador andragógico, sobre el desarrollo autónomo de participantes-estudiantes, que permita establecer líneas de acción y directrices claras para una efectiva praxis ciudadana que coadyuve a la emancipación poblacional ante políticas sociales inefectivas y procesos de corrupción local, regional y nacional, máxime en tiempos de pandemia.

La coordinación enfatiza en la calidad y relación entre conocimientos de diferentes cursos, pero no en recopilar y generar estrategias sobre aprendizaje andragógico autónomo individual y grupal que permita implementar programas orientadores sobre el tema; radio, video conferencias de YouTube o programa virtual asincrónico, diseño de cursos andragógicos, gestión de Programas Académicos Preparatorios y metodologías de autoformación acordes al contexto para fortalecer procesos educativos, ya que prevalecen exposiciones grupales con contenidos fracturados de participantes porque desconocen sobre el aprendizaje autónomo andragógico.

En relación con factores negativos del estamento facilitadores, se tiene: herencia vertical y pedagógica al imponer el criterio docente, aplicación de métodos y técnicas infantiles y libertad de cátedra, porque aún se desconocen sobre teoría andragógica y limitación del estudiante a recibir información, que debilita la calidad de conocimientos previos, su desempeño y toma de decisiones. Aunque existe un modelo curricular por competencias y enfoque holístico para la carrera, no enfatiza y puntualiza en prácticas emancipadoras de población mediante procesos andragógicos, sino en proyectos materiales de corto plazo, aunado a ello no hay evaluación permanente del currículo y mejoras continuas.

La virtualidad por pandemia también afectó grandemente al grupo de facilitadores, quienes no estaban preparados para desempeñarse en esa modalidad y la institución tampoco contaba con las herramientas tecnológicas para el efecto.

En lo administrativo laboral la contratación de facilitadores son dos horas por curso, cuatro períodos semanales de 45 minutos, 3 horas semanales, 12 horas mensuales con feriados e imprevistos, lo que implica cubrir contenidos para atender la planificación didáctica y se descuida el educar (acoger), instruir (configurar) y formar (emancipar). No se da la capacitación en servicio sistemática para la administración del currículo a corto y mediano plazo, lo que genera individualismo, dispersión y discrecionalidad en el conocimiento integral a desarrollar con participantes.

Las pocas organizaciones gremiales macro, meso y micro de trabajadores sociales a nivel nacional e internacional conformadas por profesionales que tienen más y mejor contacto con diferentes líderes, no se encuentran vinculados para contribuir a la emancipación poblacional organizada con fines de incidencia ciudadana en los diferentes poderes locales, regionales y nacionales. Así también, no se tiene un colegio de profesionales que aglutine a los profesionales como gremio e incida en la formación crítica, política y autónoma de las futuras generaciones.

También existe un modelo de resistencia al cambio, falta de liderazgos políticos estudiantiles y protagonismo del practicante que debilitan procesos formativos, pero que, a decir de Cabana et al., 2022, estos pueden superarse mediante liderazgo transformacional y educativo, que conjuntamente influyen de forma positiva en el aprendizaje significativo de participantes con el cual se comprometen.

En practicantes existen factores internos y externos que inciden en el desarrollo de su aprendizaje autónomo, el cual requiere de estrategias que lo fortalezcan y un proceso de orientación que le permita desarrollarse positivamente dentro de la práctica andragógica. Actualmente, el participante al estudiar en una universidad pública no cuenta con los recursos económicos para financiar la conectividad con sus facilitadores diariamente. Todo ello tiene implicaciones negativas en la formación comprometida del estudiante, hasta el punto de abandonar sus estudios.

Dentro de los internos están: carácter, indisponibilidad, falta de interés, vocación, hábito de estudio, responsabilidad, capacidad de comprensión lectora y crítica, madurez social y participativa e iniciativa en la investigación autorregulada. Mientras que, en los externos, los estamentos coinciden en: situación económica, limitado espacio físico, escases de recurso audio-visual en aula y compromisos familiares y laborales adquiridos, lo cual reduce considerablemente el tiempo para su formación. Condición que se respalda en lo expuesto por Biggs (2005), Pérez (2005) & Schunk (2012).

Los factores internos influyen en los externos por lo que es necesario trabajar la auto realización y autoestima de practicantes, que les permita formular alternativas metodológicas para la emancipación de pobladores y aporten a la solución de problemas coyunturales y estructurales del contexto.

La falta de aprendizaje autónomo afecta la calidad del conocimiento que se genera dentro y fuera de aulas, la participación estudiantil y desempeño de practicantes. Influye también en el diseño curricular de la carrera, donde el curso de Educación Popular y otros vinculantes no logran el compromiso estudiantil del cambio de actitud, mentalidad y comportamiento ciudadano de la población, aunado que es parte del área tecnológica del pénsum y el tiempo presencial para esta área es corto, esperándose que el practicante dedique tiempo externo para profundizar estos temas de manera autónoma. Por ello, la importancia de sustentar el aprendizaje autónomo en premisas andragógicas planteadas por Knowles (2001). 

La autonomía en la praxis del estudiante es de dependencia y desinterés, se evidencia falta de confianza en sí mismos y prefieren ser guiados por facilitadores, existe falta de interés por desarrollar un proceso crítico, serio y formal, demostrando una actitud de querer aprobar la práctica con acciones materiales cortoplacistas, sin esfuerzo sistemático de mediano y largo plazo y aporte significativo al desarrollo cualitativo de la población.

Algunos factores que favorecen el aprendizaje autónomo son los grupos heterogéneos de practicantes y experiencia de facilitadores, ambos comparten experiencias que permiten construir aprendizajes, pero no forma parte de la metodología del currículo. Los medios para el aprendizaje son limitados, pero existe voluntad para gestionar equipo audio-visual y destaca el uso de folletos, libros en físico y digitales, medios audiovisuales y digitales como: redes sociales y plataforma débil del Centro Universitario del Noroccidente [CUNOROC], los cuales son usados como herramientas para tareas extra aula. Los practicantes utilizan mayormente medios digitales como Internet y medios audiovisuales; televisión en canales y programas de contenido educativo. El contexto donde viven los practicantes también les permite adquirir conocimiento, mediante el contacto con personas, familias, organizaciones y diferentes entidades comunitarias.

Tanto facilitadores como practicantes, concuerdan que es necesario fortalecer el aprendizaje autónomo para profundizar en el conocimiento y práctica de paradigmas epistemológicos, métodos, técnicas y herramientas, que permitan el desempeño eficaz ante grupos excluidos, hacer lectura crítica de la realidad y aplicar conocimiento a situaciones del contexto cultural, lo cual se sustenta en lo planteado por Vygotsky (1982).  Según observación, los practicantes asumen la actitud de aprobar cursos sin mucho esfuerzo, interesándoles más el título que fortalecer su compromiso social y actitud política hacia las mayorías, situación respaldada por autoridades académicas, al solicitar como producto docente, número de graduados por año como requerimiento administrativo.

La población no desarrolla durante su participación en prácticas estudiantiles procesos andragógicos políticos, los cuales deben sustentarse en diferentes dimensiones como: axiológica, ontológica, teleológica, dialógica, política, gnoseológica y epistemológica, con la finalidad de contribuir a mejorar el mundo que les rodea, en una sociedad más justa y equilibrada entre la economía, ambiente y el ser humano, donde se generen posibilidades de cambio y partir de que el cambio a pesar de ser difícil, es posible.

La vida cotidiana de pobladores, generalmente con baja autoestima por condiciones de pobreza y pobreza extrema, no la relacionan con la educación crítica, política y problematizadora del acontecer nacional e internacional que devele permanentemente la realidad, pero si con la depositaria que han recibido anteriormente para su adaptación al sistema que genera pasividad e indiferencia. El crecimiento acelerado de la economía informal por efecto de la enfermedad de coronavirus-19, también ha limitado la cantidad y calidad de participación presencial y virtual por no disponer de conectividad pública o dispositivo.

Los hallazgos de esta investigación única en este campo, aportará insumos al nuevo currículo homologado de las carreras de Trabajo Social de la Universidad de San Carlos de Guatemala, al momento de su implementación.

Las debilidades de la investigación radican en, que algunos facilitadores y coordinación de carrera fueron superficiales en sus respuestas y participaciones, pero el hecho es que no se contribuye significativamente a la emancipación poblacional con acciones ciudadanas políticas.

 

Conclusiones

Después de tres años en la recolección de información a diferentes actores del currículo, el análisis longitudinal permitió realizar seguimiento a los mismos grupos de participantes (panel) por un periodo de tiempo y encontrar diferencias y cambios de eventos específicos en el accionar de los actores pertenecientes al panel. Evidencian estar conscientes de cambiar o rediseñar el currículo de la carrera para responder y aportar significativamente también a las necesidades de participación ciudadana en los diferentes niveles de poder público y privado, sobre la cuestión social. Lo cual acuña la teoría de participación ciudadana y grupos de poder en el proceso de educar, configurar y emancipar.

La mayor parte de facilitadores no desarrollan procesos emancipadores ni diseñan estrategias andragógicas de aprendizaje autónomo que puedan mejorar la práctica estudiantil ciudadana y adecuarse a la población sujeto de atención para que incida en su emancipación. Aspectos para tomar en cuenta en un rediseño curricular, dado el nulo compromiso social de la clase política.

En el contexto de pandemia por COVID-19 los pobladores no cuentan con tiempo necesario para reuniones, dado el incremento de la economía informal, por lo que tienen que recurrir a otras formas de mediación como, orientación vía plataforma, programas radiales, video tutorías en línea y redes sociales; cuando se dispone de estos recursos, incidiendo en su débil y esporádico accionar organizado, ante problemas coyunturales y estructurales. Lo cual conlleva nuevas estrategias profesionales post pandemia para el trabajo poblacional.

Se identifican factores incidentes de tipo interno y externo en practicantes de Trabajo Social durante su proceso formativo para el desarrollo del aprendizaje autónomo, donde sobresalen el carácter, falta de interés, hábito de estudio, incapacidad de comprensión lectora y crítica, escasos recursos económicos, compromisos familiares y laborales adquiridos y contexto de pandemia, lo cual reduce considerablemente el tiempo para su formación. Condición que permitirá identificar e implementar diferentes metodologías andragógicas para estimular el aprendizaje autónomo con repercusiones poblacionales.

La investigación abre nuevas líneas, como abordaje de teorías del desarrollo humano actuales que incidan en la praxis estudiantil, así como incorporar más conocimiento empírico de pobladores en el marco de pandemia.

 

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