Vol.2 Nro. 54 (2021) abril - junio págs.[1 - 17] http://atenas.umcc.cu

Claves para el estudio de la obra de Justo Chávez

Keys to the study of Justo Chavez's work

 

Ensayo

Elmys Escribano Hervis 1
escriba2003@gmail.com elmys.escribano@umcc.cu

 

Cómo citar el artículo: Escribano-Hervis, E. (2021). Claves para el estudio de la obra de Justo Chávez. Atenas, Vol. 2 (54), 1-17.

 

RESUMEN

El artículo presenta una valoración de la obra de Justo Alberto Chávez Rodríguez. Para el trabajo investigativo se empleó la totalidad de su labor escrita publicada y algunos inéditos. El objetivo del ensayo es determinar algunos puntos clave para la comprensión y el estudio de su obra como fundamento del acto educativo y la investigación educativa en la escuela, así como el proceso de formación de investigadores en el ámbito de las ciencias de la educación. Como resultado se señalan algunos aspectos esenciales que identifican su obra y se determinan tres claves que se consideran esenciales para la comprensión y el estudio de la misma: La primera, la unidad teórica y la coherencia contra el eclecticismo; la segunda, el carácter de sistema de las ciencias de la educación y el papel rector de la filosofía de la educación dentro de estas ciencias; y la tercera, la continuidad de lo mejor y más progresista del pensamiento educativo cubano del pasado.

ABSTRACT

The article presents an assessment of the work of Justo Alberto Chávez Rodríguez. For the investigative work, all of his published written work and some unpublished ones were used. The objective of the essay is to determine some key points for the understanding and study of his work as the foundation of the educational act and educational research at school, as well as the process of training researchers in the field of educational sciences. . As a result, some essential aspects that identify his work are pointed out and three keys are determined that are considered essential for understanding and studying it: The first, theoretical unity and coherence against eclecticism; the second, the system character of the educational sciences and the guiding role of the philosophy of education within these sciences; and the third, the continuity of the best and most progressive of the Cuban educational thought of the past.

Palabras clave: Justo Chávez, ciencias de la educación, filosofía de la educación, pedagogía, tendencias pedagógicas.

Keywords: Justo Chávez, educational sciences, educational philosophy, pedagogy, pedagogical tendencies.

 

INTRODUCCIÓN

“El bien que hemos hecho nos da una satisfacción interior que es la más dulce de todas las pasiones”. 
René Descartes

El 8 de noviembre de 2020 la educación y la ciencia perdieron a Justo Alberto Chávez Rodríguez. Había  nacido el 21 del propio mes de noviembre, del año 1937. Es sin lugar a dudas una de sus figuras contemporáneas de mayor trascendencia por los sustanciales aportes que brindó a la constitución y fortalecimiento de un cuerpo teórico coherente, original y auténtico de las ciencias de la educación en el contexto cubano y latinoamericano.
Fue un hombre dado por entero a la educación, la cultura y la ciencia. Tuvo la experiencia fundacional de participar como alfabetizador en la lucha contra el analfabetismo llevada a cabo por el pueblo cubano en el año 1961. Dentro del Sistema Nacional de Educación, se desempeñó en el rol de maestro e inspector escolar y fue en sus funciones como investigador del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas donde fraguaron sus aportes más significativos. La relevancia de sus aportaciones ha sido resaltada con justicia por altos premios y reconocimientos. 
El propósito del contenido que se presenta es determinar algunos puntos clave para la comprensión y el estudio de su obra como fundamento del acto educativo y la investigación educativa en la escuela, así como el proceso de formación de investigadores en el ámbito de las ciencias de la educación.
Reconocido con la categoría especial de Profesor de Mérito de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Juan Marinello Vidaurreta” y Profesor Invitado de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona”. En el año 2017, la Universidad de Matanzas le otorgó el Doctorado Honoris Causa, para el acto de investidura el autor de este artículo, compiló su obra científica escrita publicada y algunos textos inéditos en una multimedia, programada y diseñada por Ruhadmi Boulet Martínez bajo el sello editorial Educación Cubana (Escribano-Hervis, 2017). Para ese producto editorial se realizó la siguiente agrupación temática:

  • Filosofía de la educación
  • Pedagogía
  • Didáctica
  • Historia de la educación
  • Investigación educativa
  • Temas actuales de la educación y la pedagogía
  • Personalidades
  • Sociología de la educación

Este empeño editorial intentó reunir y clasificar la obra del Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba Justo Chávez, para ofrecerla al magisterio cubano y especialmente a los investigadores en educación. Esta clasificación se realizó en correspondencia con las ciencias de la educación, compleja disciplina científica donde se concentra de forma considerable su producción.
El análisis crítico que se presenta en este artículo se realiza sobre la base de la clasificación de la obra del investigador de referencia. La exposición del contenido del artículo se ha estructurado en dos partes: en una primera parte se procede a señalar algunos aspectos esenciales que identifican la misma. En la segunda parte del artículo se determinan tres claves que se consideran esenciales para la comprensión y el estudio de su obra, a saber:
I.- La unidad teórica y la coherencia contra el eclecticismo. 
II.- El carácter de sistema de las ciencias de la educación y el papel rector de la filosofía de la educación dentro de estas ciencias.
III.- La continuidad de lo mejor y más progresista del pensamiento educativo cubano del pasado.

I.- Rasgos esenciales de la obra de Justo A. Chávez Rodríguez
El análisis de la obra del Investigador Titular del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas Justo Chávez en conjunto evidencia, en primer lugar, la integralidad de su pensamiento en relación con las ciencias de la educación. Su estudio de estas ciencias y la concepción disciplinar correspondiente está expuesta de manera correlacionada evidenciando las influencias, aportaciones e intercambios que se brindan entre sí lo cual subraya la sustantividad de cada una de manera contextualizada espacialmente e integradas a la cultura de su tiempo.
La integralidad de su pensamiento también encuentra basamento en una sólida formación histórica y la comprensión sistémica de la misma, que parte desde la historia antigua, el conocimiento de las culturas clásicas de la humanidad, hasta la historia de la nación cubana insertada en los procesos universales y latinoamericanos. La lectura de la historia en Justo Chávez, nunca terminó, fue ocupación sistemática, elemento que le permitió una clara comprensión de los orígenes de cuanto fue objeto de su escrutadora atención como estilo de pensamiento y de conocimiento de las realidades más diversas, en tanto objeto de investigación.
La historia y el empleo de las referencias y citas históricas en sus trabajos académicos no es el manejo alardoso de un almacén inacabable de obras y autores a modo de ejercicio de erudición o de cultura enciclopédica; es ante todo, la muestra de una lógica de pensamiento que se convierte en método para el estudio, el conocimiento y la comprensión del pasado como cultura imprescindible para entender el presente. Hizo suyo el espíritu de aquella expresión de José Martí que sentenció: “Leónidas desde las Termópilas, desde Roma Catón, señalan el camino de los cubanos” (Martí, 1963, pág. 169).
Su obra evidencia la huella o influencia siempre presente: el pensamiento de José Martí, al cual le dedicó variados estudios y acercamientos necesarios y oportunos en relación con el contexto en que cada uno fue divulgado. En el pensamiento de José Martí hay un claro sostén de las ideas de Justo Chávez, hijo ilustre de Guanajay; en Martí todo resulta purificado y brillante a la mirada del estudioso. En su Acercamiento necesario al pensamiento pedagógico de José Martí (Chávez Rodríguez, 1990), escribió:
El estudio y divulgación de la vida, la obra y el pensamiento de José Martí, así como su conocimiento por todo nuestro pueblo y especialmente por los maestros y los profesores, son misiones que revisten singular importancia, debido a la permanente actualidad del legado del Apóstol en la revolución Cubana, como una expresión de vigencia en la cual le corresponde un específico relieve a su ideario pedagógico (pág. 3).

De José Martí, toma para verter en su labor, además del apego constante a la historia, ya mencionado, dos elementos muy importantes: la unidad de pensamiento y la necesaria espiritualidad del acto educativo. En la escritura del prólogo al texto José Martí para educadores. Biografía (Escribano, 2011), señaló:
Martí posee una sensibilidad muy especial en lo referente al acto educativo. Considera que, el hombre americano necesita, para pensar con profundidad, llegar por un camino brillante a ella. En fin, necesita de los sentimientos, y en especial, de los estéticos, para dar inicio al proceso complejo y dramático que es la enseñanza-aprendizaje. La cultura de las emociones es para este gran pensador una necesidad de todo proceso de aprendizaje. (pág. I-II)

Su último trabajo sobre el Apóstol es Diálogo con José Martí Pérez, del año 2018, no alcanzó a ser publicado. En dicho texto estableció un diálogo imaginario con José Martí, sobre diversos temas de interés en el que prevalece el ánimo esclarecedor. Las respuestas de Martí proceden todas de su extenso pensamiento cultural, que está disperso en su obra publicada. Acudió a este recurso literario para acentuar la unidad del pensamiento martiano.
El pensamiento del autor que es objeto de análisis en este artículo fue publicado en artículos y libros, así como lo expuesto en conferencias y disertaciones académicas es fiel manifestación del complejo e íntimo entramado del pasado con el presente, desde donde se proyecta la futuridad, muy necesaria al abordar temas educacionales. Sus estudios de educación comparada son expresión de su aguda observación de problemáticas como el impacto de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en educación, la teoría de la complejidad, o el influjo del pensamiento crítico en la educación y la escuela latinoamericana. La comprensión de tales fenómenos se logra bajo la égida de un pensamiento capaz de relacionar e integrar la historia y la cultura; el contexto en todas sus posibles fuentes de influencias, directas e indirectas; y sobre esta base considerar las posibles coordenadas de desarrollo del fenómeno objeto de estudio, pues al decir de José Martí: “La educación ha de ir a donde va la vida” (Martí, Obras Completas. t. 22, 1963, pág. 308).
Resulta también importante añadir como un aspecto esencial que identifica toda su obra: la originalidad. La postura argumentada sobre diferentes problemáticas de carácter teórico-epistemológico, metodológicas o axiológicas en el estudio complejo de la educación en diferentes contextos manifiesta siempre un gran nivel de actualización en el denominado estado del arte y defiende posiciones propias fundamentadas con profundidad e integralidad.
Atender de modo directo y oportuno desde la ciencia las problemáticas del desarrollo educacional y científico en Cuba, la práctica del trabajo científico desde la escuela, asumiendo al docente como un investigador, concebir el desempeño de los docentes vinculado a la educación en valores en correspondencia con la naturaleza esencialmente ética del magisterio cubano, así como, sostener que en el caso cubano se concibe el trabajo educacional con masividad como un peldaño lógico y necesario del trabajo sistemático por la calidad, son aspectos que sostienen y confirman la autenticidad de su sistema de ideas.
Sobre este último término en particular: autenticidad, es oportuno aclarar de acuerdo con lo sostenido por Pablo Guadarrama:
En la historia universal una filosofía ha sido original y auténtica cuando no ha planteado simplemente ideas nuevas, sino cuando estas se han correspondido con las exigencias históricas de su momento en los diferentes planos, esto, es, sociopolítico, económico, ideológico, científico (Pensamiento filosófico latinoamericano: humanismo vs. alienación. tomo I, 2008, pág. 114).

En correspondencia con la tesis filosófica citada, se puede concluir que la obra científica de Justo Chávez, es ante todo, una magnífica expresión de integralidad, coherencia, originalidad y autenticidad por haber ofrecido una respuesta en el plano de las ideas, en la proyección teórico-metodológica de las ciencias de la educación con ajuste estricto a la realidad y a las urgencias de su tiempo en materia de perfeccionamiento y acciones específicas en función de la calidad de la educación y la ciencia genuinamente cubanas.

II.- Tres claves para la comprensión y el estudio de la obra de Justo Chávez Rodríguez
Con el propósito de contribuir a que los educadores, y especialmente los investigadores en educación, y quienes se forman con tales propósitos accedan a la valiosa obra –científico-educativa- de Justo Chávez, y obtengan de ese estudio una mejor comprensión y el máximo de provecho, se proponen tres ideas clave a tomar en cuenta, las cuales constituyen a su vez, puntos centrales necesarios en la teoría que argumente el acto educativo en la escuela e identifique las mejores prácticas en ella, así como en la investigación educativa.    
I.- La unidad teórica y la coherencia contra el eclecticismo  
Una de los principales postulados de su obra que se erige en clave esencial para entender su pensamiento radica en que “En toda teoría educativa debe existir una unidad de pensamiento” (Chávez, Filosofía y educación en América Latina, 1995, pág. 15). Prestó constante atención a la fundamentación y defensa de “la unidad de pensamiento, la coherencia en el enfoque de la pedagogía, frente a la incoherencia y al eclecticismo desorientador que predomina en la actualidad” (Chávez, 2003, pág. 5).
Conocedor profundo de la historia y la historia de la educación en particular, como ya se mencionó, estudió y valoró en profundidad el alcance y la significación de la obra educativa de los padres fundadores de la cultura y educación cubanas: José Agustín Caballero (1762-1835), Félix Varela y Morales (1788-1853), José de la Luz y Caballero (1800-1862), en la interpretación de la obra de este último reparó en el significado que tuvo para la cultura y el pensamiento cubano la polémica que sostuvo Luz con los hermanos Manuel y José Zacarías González del Valle (De Armas-Pérez, 2000); (Sánchez de Bustamante, 1981); (Conde-Rodríguez, 2009). En la polémica José de la Luz brilló por la profundidad germinal de sus análisis gnoseológicos con implicaciones éticas y políticas para la nación cubana.
Con acierto señala (Conde-Rodríguez, 2009):
José de la Luz y Caballero, desde Cuba, con un conocimiento medular de las obras de Victor Cousin, fue el único filósofo latinoamericano y, quizás del mundo, que no solo acometió, sino que logró el desmontaje teórico de las propuestas del pensador francés. Demostró las trampas teóricas de la concepción ecléctico espiritualista y el peligro de anulación de todo proyecto emancipatorio para la sociedad cubana que ella encerraba; como contraparte, salía a relucir, en toda su coherencia creadora, la concepción liberadora del hombre, de la sociedad y de la nación que estaba en el interior del pensamiento lucista.

El estudio de la vida y la obra de Luz y Caballero y su preclara posición ante al eclecticismo de Cousin, la defensa del desarrollo del conocimiento experimental en Cuba y el estímulo parejo tanto al conocimiento de las ciencias naturales, como a las morales, es un elemento que Justo Chávez extrae, subraya y enaltece de ese ejemplar educador habanero.
Su obra, “Del ideario pedagógico de José de la Luz y Caballero (1800-1862), es un magnífico exponente teórico-metodológico para las investigaciones histórico educativas, por la minuciosa búsqueda lograda, el perfecto uso de la historia en el encuadre espacio-temporal y el sistema de relaciones que revela; al mismo tiempo resalta la significación de la unidad teórica y la coherencia en las posiciones contra el eclecticismo en la figura objeto de estudio, esto lo asume como clave esencial para la exposición de su propio pensamiento.
De la obra de José Martí, cuyo “espíritu integrador (…) absorbe todo lo ajeno y lo funde en su propia substancia” (Mañach, 1960, pág. 448), era frecuente que exaltara la coherencia y unidad de su pensamiento y citara: “Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas” (Martí, Obras Completas. t. 6, 1963, pág. 18).
Otra valoración coincidente se observa en sus estudios sobre la obra de Paulo Freire:
Es indiscutible que Freire conformó un pensamiento teórico, que se consolidó en los momentos en que fue Profesor de Filosofía de la Educación en Recife. Este pensamiento pasó por diferentes etapas en su perfeccionamiento. El núcleo fundamental fue el personalismo cristiano, y le incorporó, elementos del existencialismo, del socialismo utópico y, en su mayor madurez, postulados del marxismo, pero todos vistos desde la óptica del personalismo. Es un pensamiento electivo, y no ecléctico, como algunos autores han expuesto en diferentes artículos sobre la figura de este pensador del siglo XX (Chávez Rodríguez, Paulo Freire: Acercamiento a su pensamiento pedagógico, 2010, pág. 2).

Según alertaba Justo Chávez, “la unidad de pensamiento no significa la servidumbre de la opinión” (1995, pág. 16). La unidad de pensamiento se ve fortalecida al tener referentes teórico-metodológicos claros y precisos, que no deberán ser rígidos, al contrario, deben estar en constante proceso de consolidación y enriquecimiento en diálogo fértil con otros sistemas de pensamiento. En su estudio de (1992) sobre Luz y Caballero, citó el pensamiento de este para enfatizar la fe en el progreso y la oposición a la rigidez, los dogmas y la intolerancia como base de la amplia cultura de aquel emblemático educador habanero, que se comprometió con la fundación de la necesaria eticidad de la nación cubana: “los hombres serán intolerantes, mientras no vean más que el campanario de su aldea” (pág. 28).
Muy relacionado con esta máxima esencial de su pensamiento en la que se localiza la primera clave, se encuentra la visión acerca del sistema de ciencias de la educación y el rol de la filosofía dentro de ellas.
II.- El carácter de sistema de las ciencias de la educación y el papel rector de la filosofía de la educación dentro de estas ciencias
En varios trabajos definió sistemáticamente con claridad su posición sobre la naturaleza de aquellas ciencias –humanas o del espíritu- que comparten la educación como objeto de estudio y desde diferentes posiciones y aristas aportan de forma compleja, interconectada y diversificada teorías y enfoques prácticos acerca de los procesos educativos.
Dentro de este particular, es necesario mencionar de forma breve, su posicionamiento invariable en la argumentada defensa de la pedagogía y su carácter científico, así como el rol de esta para ofrecer una adecuada explicación del acto educativo en contextos escolares, sustentó de forma sostenida que:
Esta ciencia no trata a la educación en toda su magnitud social, sino sólo a la que existe conscientemente organizada y orientada a un fin social y político determinado, que se ofrece en las instituciones escolares y por vía extraescolar, así como por otras formas de organización, aunque en estrecho vínculo con las otras agencias educadoras de la sociedad (Chávez, Suárez, & Permuy, 2003, pág. 25).

Argumentó que la Pedagogía debía desempeñar un rol integrador dentro de las ciencias de la educación, a la vez que consideró la misma como una ciencia en constante proceso de reconstrucción, dado esencialmente por el carácter dinámico y vivo que posee su objeto de estudio: la educación (Chávez, Suárez, & Permuy, 2003).
En la fundamentación de la Pedagogía en la condición de disciplina científica debidamente contextualizada en su devenir histórico aportó estudios que pueden considerarse esenciales (Chávez & Cánovas, Problemas contemporáneos de la Pedagogía en América Latina (1ra y 2da partes), 1994); (López, y otros, 1996), además del tratamiento consecuente del tema en las sustentaciones de sus conferencias y disertaciones académicas.
En estas reflexiones resulta esclarecedor tener en cuenta sus conocimientos de la obra de Luz y Caballero y de José Martí. De Luz reconoció que fue el primero en referirse en Cuba a la “ciencia de la educación” y asumir dicho proceso regido por el necesario saber filosófico, cuestión que resulta esencial.
Es necesario predicar una filosofía tolerante: no sólo porque la hace más completa. La fortaleza que adquiere el entendimiento cuando se acostumbra a no admitir sino lo bueno, sea donde fuere. El triunfo de la filosofía es conocer el mérito de lo ignorado, así es como se funde de veras el yugo de la autoridad (De la Luz y Caballero, 1950, pág. 79)

La profunda comprensión de la obra de José de la Luz y Caballero y dentro de estas el rol que le confirió este educador a la filosofía integrada a la ciencia y a la educación, es sin lugar a dudas un importante referente en el pensamiento de Justo Chávez, aspecto que contribuyó a subrayar el rol orientador de la filosofía en los sistemas de ideas.
Para Luz y Caballero la filosofía es «ciencia de la ciencia» cuando asume el método de las ciencias naturales para convertirse en un saber que se erige por encima de las ciencias, pero que las ayuda y fundamenta y se da cuenta de que la ciencia es la que a su vez concibe como una ciencia del espíritu.
Como iluminista se percata de que la filosofía se ocupa de ayudar al hombre a conocer y de hacer su vida mejor en la sociedad, por ello es ciencia del espíritu y no ciencia de la ciencia, aunque toma los presupuestos y métodos de las ciencias naturales, comprendiendo al hombre como una criatura natural y social (De Armas-Pérez, 2000, pág. 130)

Su concepción sobre el carácter sistémico de las ciencias de la educación adquiere connotación por el rol que le adjudica a la Filosofía de la Educación dentro de las referidas ciencias.
El acto educativo lo fundamentan y lo auxilian numerosas ciencias, pero se impone resaltar que en toda teoría educativa debe existir una unidad de pensamiento que dé coherencia a las diferentes respuestas a las interrogantes planteadas. Ese importante papel lo desempeña, en todo este complejo proceso, la filosofía de la educación, que ofrece la brújula orientadora, la guía teórica necesaria para no perder el rumbo en el misterioso drama de enseñar y aprender (Chávez J. , 1995, pág. 14)

Todo educador debe tener formulada una propia concepción acerca de la educación. Dicha concepción puede ser fruto de estudios de formación profesional, formación académica o haber sido cimentada por el paso de la vida y su experiencia vital adquirida en su desempeño. Dicha concepción acerca de la educación, en tanto concepción general, abarca el sentido acerca del acto de educar, pues brinda explicación a interrogantes como: ¿qué es educar? ¿para qué se educa? ¿por qué se educa? Enhebrar respuestas coherentes a estas preguntas le corresponde a la Filosofía de la Educación que debe establecer el fin y los objetivos del complejo acto de educar en el contexto específico de que se trate. “La Filosofía de la Educación es la ‘estrella polar’ del acto educativo” (Chávez J. , Filosofía y educación en América Latina, 1995, pág. 15).
Las teorías que explican el acto educativo, los roles y esencia de las relaciones de quienes participan en dicho proceso en diferentes espacios de influencias deben tener basamento en una filosofía que argumente la naturaleza del hombre. Esta sustentación como parte de la racionalidad científica, entra también dentro del campo de acción de la filosofía de la educación, Justo Chávez señaló que “toda teoría educativa coherente, en el fondo, está sostenida por una determinada filosofía del hombre, pues de la manera que se conciba la esencia humana, así se pretenderá formar-educar al hombre en el proceso de enseñanza” (1995, pág. 15).
En este particular, también previno contra el eclecticismo filosófico de común ocurrencia en el fundamento de las tendencias educativas al uso en América Latina de fines del siglo XX e inicios del XXI. El pluralismo de ideas es saludable, siempre que pase a través del riguroso juicio crítico de la elección, lo cual ha estado presente en el basamento filosófico más progresista y de vanguardia desde fines del siglo XVIII en América Latina y en Cuba. El electivismo filosófico es esencial para lograr la coherencia y la unidad de pensamiento.
Como se aprecia, este apartado se ha dedicado a reflexionar sobre la concepción de Justo Chávez acerca de la integralidad de las Ciencias de la Educación y el rol particular de la Filosofía de la Educación dentro de ellas, en un plano eminentemente teórico; sirva solo a manera de mención introducir un giro en el tema que deberá ser tratado en profundidad en otro trabajo, pero es válido mencionar la significación de lo referido a su entendimiento sobre la racionalidad como “la elección del método más efectivo para obtener un máximo de saberes verdaderos, reduciendo a un mínimo el número de saberes erróneos” (Chávez J. A., El Método Científico: Historia y actualidad, 2017, pág. 2). Lo cual es una problemática eminentemente filosófica y desemboca en el campo de la investigación educativa como algo decisivo del buen curso del trabajo científico, pues para el autor de referencia “El método es el principio unificador de la teoría y la práctica” (Chávez J. A., Apuntes para una Metodología de la Investigación Educativa, 2001, pág. 5). Sobre lo que más adelante precisó:
El método es la vía o el camino para buscar o procesar la información. Se apoya en la metodología (filosofía del método).
Es importante, entonces, apreciar que el método científico hay que concebirlo desde la óptica filosófica y metódica: Como metodología y como método en su unidad dialéctica (Chávez J. A., Apuntes para una Metodología de la Investigación Educativa, 2001, pág. 6).

En la concepción y en la práctica de la investigación educativa argumentó la necesidad de sostener la unidad teórica, de ser consecuente con la filosofía que se declare como sostén teórico-metodológico y evitar a toda costa la subjetividad y el eclecticismo que tanto afecta el alcance y la veracidad de lo que se investiga. 
III.- La continuidad de lo mejor y más progresista del pensamiento educativo cubano del pasado
Comprender su obra implica, principalmente asumirla como un saber multidisciplinar. En ocasiones resulta difícil situar un trabajo suyo en un campo disciplinar único o  exclusivo, las rutas del conocimiento se cruzan y complementan saberes de varios campos disciplinares.
En los trabajos de este autor se aprecia el dinamismo del tránsito del tiempo, pues la base es la necesaria conexión con el pasado que establece los orígenes, señala el decursar lógico sometido a influencias y relaciones hasta llegar a la contemporaneidad, plataforma desde donde se proyecta con aires de futuro cubriendo satisfactoriamente las funciones de la ciencia.
Esta apreciación que pudiera parecer sutil, en la obra de Justo Chávez resulta raigal. Su punto de partida es el pasado, lo mejor de la herencia educativa, lo más relevante del pensamiento social y lo más destacado de la cultura. Martí señala el camino: "Lo pasado es la raíz de lo presente. Ha de saberse lo que fue, porque lo que fue está en lo que es" (1963, pág. 302).
Una de las líneas más fértiles de su trabajo se localiza en los estudios histórico-educativos. Argumentó el sentido de evolución, ascenso y desarrollo del pensamiento educativo cubano mediante el estudio profundo del mismo y el análisis de la obra de muchos de sus mejores exponentes en cada época histórica, en la que descuellan dichas figuras por sus múltiples saberes unido al compromiso social, de lo cual podría decirse que su obra es justa continuidad de aquellos que lo inspiraron. 
El aliento creador de este educador enalteció, sistematizó y desarrolló en términos consecuentes las líneas de trabajo más originales de los educadores de los siglos XIX y XX, quienes enfatizaron en la capacidad de la educación y la ciencia para transformar y modernizar la sociedad, en ese orden defendieron la capacidad de los maestros para investigar, escribir sus propios textos y sostener una pedagogía y una didáctica genuinamente cubanas, las ideas educativas de estas figuras se conectaron con la cultura y con proyectos reales de transformación, sus ideas educativas aparecen vinculadas a una filosofía de la educación con una finalidad práctica, en tal sentido subrayaron la sólida condición humana y la eticidad del magisterio cubano de cada época.
La comprensión total de la obra de Justo Chávez se obtiene mediante el análisis relacionado con la cultura, pues toma lo necesario y juicioso de los filósofos, los pensadores de diversos campos del saber y también del arte y especialmente de los poetas. Recuérdese que José Martí expresó: “un grano de poesía sazona un siglo” (Martí, Obras Completas. t. 11, 1963, pág. 101). El propio Martí aconsejaba que para estudiar adecuadamente a los pueblos había que hacerlo conociendo a sus poetas, a sus apóstoles y a sus bandidos.

En los diferentes trabajos y disertaciones que aportó fue común la colocación oportuna de algún verso de un poeta para ilustrar o resaltar una determinada condición o influencia propia de un período o coyuntura histórico-cultural, lo cual evidenciaba su sólida espiritualidad que lo proyectó como continuidad de lo mejor del magisterio al que le dedicó lo mejor de sí a investigar y enaltecer.

 

CONCLUSIONES

La obra de Justo Chávez se distingue ante todo por la integralidad, la profundidad e interdisciplinariedad de los saberes. Es exponente de una firme cultura histórica en que el anclaje en el tiempo pasado es la concreción de un punto de referencia específico que apunta al presente y a una futuridad concreta y perceptible en aras del perfeccionamiento de la educación, la escuela y especialmente del mejoramiento del docente. Su obra es eminentemente original y auténtica.
Se determinan tres claves que se consideran esenciales para la comprensión y el estudio de su obra: La primera, la unidad teórica y la coherencia contra el eclecticismo; la segunda, el carácter de sistema de las ciencias de la educación y el papel rector de la filosofía de la educación dentro de estas ciencias; y la tercera, la continuidad de lo mejor y más progresista del pensamiento educativo cubano del pasado. Aplicar estas claves para el estudio del pensamiento de Justo Chávez facilitan la comprensión y el alcance contextualizado en el fundamento necesario del perfeccionamiento constante de la educación, la escuela y los docentes cubanos.
Concibió la educabilidad del hombre en su tránsito por la vida como un camino en busca de la perfectibilidad humana. En ese orden la Filosofía de la Educación, con un alto nivel de generalización, ejerce una función eminentemente orientadora de la teoría educativa. La reflexión de carácter filosófico-antropológico, el análisis minucioso sobre las problemáticas epistemológico-metodológicas y las determinaciones axiológicas propician la fundamentación filosófica del acto educativo y el establecimiento de la finalidad de dicho acto que resulta fecundante para el resto de las ciencias de la educación, los procesos formativos y para la concepción de la investigación en entornos educativos.
El conjunto de su obra, es una lección invaluable al ser completamente consecuente con la filosofía dialéctico materialista de naturaleza marxista que inspiró su producción escrita y la conducción teórico-metodológica de sus investigaciones.
Su obra dialoga de manera sistemática con el pensamiento filosófico y educativo universal y cubano. Se identifican como referentes directos lo más progresista de los padres fundadores de la nación cubana y especialmente la obra teórico-práctica de José de la Luz y Caballero y José Martí. Enalteció el completamiento y la complejidad del sistema de ideas que preconizaron estas figuras, así como lo hondo de sus raíces en la cultura cubana como referente principal y el inquebrantable compromiso ético con la libertad y el mejoramiento del destino de la nación.

Concibió el completamiento, enriquecimiento y perfeccionamiento permanente de la formación filosófica, pedagógica y cultural de los educadores como algo esencial para el éxito en su desempeño profesional, lo cual implica el ejercicio constante del trabajo científico desde el aula y la escuela como mecanismo principal de trabajar en función de la calidad del proceso educativo.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Chávez Rodríguez, J.A. (1990). Acercamiento necesario al pensamiento pedagógico de José Martí. La Habana: Ministerio de Educación.

Chávez Rodríguez, J.A. (1992). Del ideario pedagógico de José de la Luz y Caballero (1800-1862). La Habana: Pueblo y Educación.

Chávez Rodríguez, J.A. (2010). Paulo Freire: Acercamiento a su pensamiento pedagógico. Conferencia Magistral impartida en el VIII Simposio Internacional Sobre Educación y Cultura en Iberoamérica. Matanzas: Universidad de Ciencias Pedagógicas "Juan Marinello".

Chávez Rodríguez, J.A. (1995). Filosofía y educación en América Latina. Educación(85), 14-17.

Chávez Rodríguez, J.A. (2003). Filosofía de la educación. Superación para el docente. La Habana: Instituto Central de Ciencias Pedagógicas.

Chávez Rodríguez, J.A. (2001). Apuntes para una Metodología de la Investigación Educativa. Chilpancingo, México: UAG-Iccp.

Chávez Rodríguez, J.A. (2017). El Método Científico: Historia y actualidad. En E. Escribano-Hervis, Justo Alberto Chávez Rodríguez. Obra científica (págs. 1-18). La Habana: Sello editorial Educación Cubana.

Chávez, J. A., Suárez, A., & Permuy, L. (2003). Acercamiento necesario a la Pedagogía General. La Habana: Iccp.

Chávez, J., & Cánovas, L. (1994). Problemas contemporáneos de la Pedagogía en América Latina (1ra y 2da partes). La Habana: Iccp.

Conde-Rodríguez, A. (2009). José De La Luz. La filosofía y la polémica de la emancipación. Honda(25). Obtenido de http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Venezuela/cem-ucv/20100331093150/04-La_Filos

De Armas-Pérez, L. (2000). La polémica filosófica y la formación de la conciencia nacional en José de la Luz y Caballero. La polémica del método (I). Islas, 42(125), 120-131.

De la Luz y Caballero, J. (1950). Elencos y discursos académicos. La Habana: Universidad de la Habana.

Escribano-Hervis, E. (2011). José Martí para educadores. Biografía. La Habana: Pueblo y Educación.

Escribano-Hervis, E. (2017). Justo Alberto Chávez Rodríguez: Obra científica. Multimedia. La Habana: Sello Editorial Educación Cubana.

Guadarrama, P. (2008). Pensamiento filosófico latinoamericano: humanismo vs. alienación. t. I. Caracas: el perro y la rana.

López, J., Chávez, J., Rosés, M. A., Esteva, M., Ruíz, A., & Pita, B. (1996). El carácter científico de la Pedagogía en Cuba. La Habana: Pueblo y Educación.

Mañach, J. (1960). Antología crítica de José Martí. México: Editorial Cultura.

Martí, J. (1963). Obras Completas. t. 11. La Habana: Edit. Nacional de Cuba.

Martí, J. (1963). Obras Completas. t. 12. La Habana: Edit. Nacional de Cuba.

Martí, J. (1963). Obras Completas. t. 22. La Habana: Edit. Nacional de Cuba.

Martí, J. (1963). Obras Completas. t. 5. La Habana: Edit. Nacional de Cuba.

Martí, J. (1963). Obras Completas. t. 6. La Habana: Edit. Nacional de Cuba.

Sánchez de Bustamante, A. (1981). Selección de textos. José de la Luz y Caballero. La habana: Ciencias Sociales

 

Datos del (los) autor (es)

1 Doctor en Ciencias Pedagógicas. Profesor Titular de la Facultad de Educación de la Universidad de Matanzas, Cuba. https://orcid.org/0000-0003-0050-0649

 

Recibido: 28 de noviembre de 2020
Evaluado: 19 de diciembre de 2020
Aceptado para su publicación: 28 de enero de 2021