Vol. 4 Nro. 32 (2015) octubre - diciembre

ANTECEDENTES DE LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA ESPAÑOLA EN CUBA PARA LA FORMACIÓN DE MAESTROS

ANTECEDENTS OF THE TEACHING OF THE SPANISH LANGUAGE IN CUBA FOR THE FORMATION OF TEACHERS

Lucía Puñales Ávila1
lpunales@ucp.ma.rimed.cu
José Antonio Colomé Medina 2
colome@ucp.ma.rimed.cu

RESUMEN:

Actualmente la enseñanza de la lengua en Cuba tiene sus antecedentes en lo más progresista y transformador del pensamiento pedagógico cubano de siglos anteriores. Al respecto, se distinguen hombres y mujeres que, desde sus aulas, suscitaron importantes transformaciones educacionales en el nivel primario. Por ello, constituye esencia de la formación de maestros con este perfil ocupacional la comprensión de este devenir histórico, en el cual el educador ocupó un destacado lugar en la transmisión de la cultura, historia patria y tradición pedagógica.

 

Palabras claves: formación, maestro, historia, pensamiento pedagógico, enseñanza, lengua.

ABSTRACT:

At the moment the teaching of the language in Cuba has its antecedents in the most progressive thing and transformer of the thought pedagogic Cuban of previous centuries. In this respect, they are distinguished men and women that, from their classrooms, they raised important educational transformations in the primary level. For it, it constitutes essence of the formation of teachers with this occupational profile the understanding of this to become historical, in which the educator occupied an outstanding place in the transmission of the culture, native history and pedagogic tradition.

 

Keywords:formation, teacher, history, pedagogic thought, Cuban, teaching, language.

INTRODUCCIÓN

La formación de educadores es una tarea que en Cuba data de siglos pasados. Actualmente, se asume con una visión integradora y en correspondencia con las crecientes necesidades de la sociedad. Al respecto, la formación de maestros en las carreras pedagógicas es un reto pues se trata de formar un profesional que pueda contribuir a la educación de las nuevas generaciones de cubanos y con ello, de preservar y transmitir los valores y principios de la Revolución.

En tal sentido, un aspecto que demanda especial atención lo constituye la necesidad de formar en el estudiante de dicha carrera el amor y respeto por la historia patria y la profesión de manera que comprenda el lugar histórico que tiene en el proceso cultural cubano.

En relación con ello, es menester enseñar el largo camino de la tradición pedagógica donde miles de maestros, desde sus aulas, lograron defender las ideas progresistas de la educación cubana. Se convierte en paradigma el estudio de las concepciones relacionadas con la enseñanza de la lengua materna, hoy, elemento esencial de la nacionalidad y la cubanía.

Dado que el magisterio cubano del tercer milenio, y los jóvenes estudiantes de la carrera Licenciatura en Educación Primaria, son herederos de lo más revolucionario y transformador del pensamiento pedagógico de los siglos pasados, fundamentalmente del XIX y XX, dignifica conocer y estudiar los hombres y mujeres que fraguaron la tradición de la enseñanza de la lengua materna.

Resulta muy difícil, en breves páginas, aludir a todos los que han contribuido, con grandes o pequeños aportes a la difusión, conservación y emancipación de la lengua española en Cuba. Es por esto, que se hará referencia a una parte de la obra de algunos pedagogos, los que, a criterio de los autores, resultan trascendentales en la enseñanza de esta lengua. Por ser de interés se especificará en las contribuciones que se refieren a la construcción de textos.

En relación con ello, es intención de los autores socializar aspectos preponderantes acerca de valiosos hombres y mujeres que contribuyeron a enriquecer la pedagogía cubana, principalmente en lo referido a la enseñanza de la lengua materna en la Educación Primaria y por tanto contribuir, de alguna forma, a la preparación de la asignatura Didáctica de la Lengua Española.

DESARROLLO

Actualmente la lengua española es elemento esencial de la nacionalidad cubana, se utiliza en el siglo XXI para expresar la firmeza de los ideales cubanos, para divulgar y explicar los avances tecnológicos, médicos, educacionales y sociales, no obstante, fue una lengua impuesta a los aborígenes, durante el período de colonización, por la Ley V de Felipe IV:

Rogamos y encargamos a los Arzobispos que provean y den en sus diócesis que los curas y doctrineros de indios, usando de los medios más suaves, dispongan y encaminen que a todos los indios sea enseñada la lengua española y en ella la doctrina para que se hagan más capaces de los misterios de nuestra santa fe católica, aprovechen para su salvación y consigan otras utilidades en su gobierno y modo de vivir. (García, 1978, p. 40)

En estos primeros tiempos de la conquista la metrópolis no se ocupó de la escolarización del país, la enseñanza primaria se atendió muy poco y prácticamente se sumió en el abandono. Situación que perduró durante siglos. Al respecto, Justo Chávez aseveró “el Estado colonial no se ocupó, en casi 300 años, de utilizar la escuela en un proyecto educativo coherente, como una vía apropiada para imponer su dominio ideológico sobre la mente y la conducta de los hombres”. (1996, p.1)

Se destacó en esta etapa Don Tomás Romay quien defendió la idea de crear escuelas primarias que se ocuparan de enseñar el idioma castellano teniendo en cuenta los preceptos de la Real Academia Española, en un inútil intento por transformar la indolencia hacia este primer nivel de instrucción.

En 1843 España decretó la Ley de Instrucción Pública para la Isla de Cuba y Puerto Rico con el fin de establecer un sistema centralizado de educación para las colonias. En cumplimiento a esta ley se fundaron nuevos niveles de enseñanza y crearon escuelas. Durante esta etapa se mantuvo en Cuba el proyecto educativo escolástico - hispano, el que comenzó a tener profundas contradicciones con “el proyecto educativo que se desarrollaba paralelamente”. (Chávez, 1996, p.12)

En este contexto se revelan las ideas de José Agustín Caballero y Rodríguez, perteneciente al sector de la burguesía. Entre sus ideas educacionales, referidas a la enseñanza primaria, se encuentran las “Ordenanzas” (publicadas en 1794) que contienen un proyecto educativo para la “creación de dos escuelas gratuitas: una de niños y otra de niñas”. (Chávez, 1996, p. 16)

Este presbítero cubano realizó extraordinarios intentos por introducir en Cuba el conocimiento de la lengua española. Al respecto, se destaca el discurso que pronunció en la Clase de Ciencias y Artes de la Sociedad Patriótica de La Habana, el 6 de octubre de 1795, en el cual expresó:

No ha muchos días trato de perfeccionar la enseñanza de la gramática latina, promoviendo nuevas honras a sus preceptores y establecer que estos, insensiblemente, fuesen comunicando a sus discípulos algunos rudimentos de la lengua española, y todos los superiores de las casas de estudio (exceptúo la de S. Agustín) contestaron aplaudiendo la utilidad de los proyectos; pero se confesaron no autorizados para alterar el plan a que les sujetan sus respectivas constituciones. (Caballero, 2000, p.54)

En este sentido, en el siglo XIX, la enseñanza de la lengua española tiene su genuina raíz en Félix Varela y Morales quien, entre los aportes a la pedagogía cubana, posee el mérito de ser el primero que comenzó a dar sus clases de filosofía en idioma español, aunque no en la primaria, significó una trascendental transformación para todas las enseñanzas.

Una de las principales aportaciones a la enseñanza de la lengua en Cuba, particularmente, a la redacción de textos en la educación primaria se le debe a José de la Luz y Caballero. Resultan relevantes sus criterios sobre la necesidad de escribir acerca de temas conocidos y guiar las construcciones con preguntas lógicas para estimular “el saludable espíritu de investigación” (De la Luz, 1989, p. 137) además, su consideración sobre el “significado social del idioma natal, elemento básico en la formación de la conciencia nacional” (De la Luz, 1989, p. 58) cubana. Relacionado con ello, son esenciales las contribuciones que aparecen en Fundamentación del método explicativo (1832) y el Informe sobre la Escuela Náutica de Regla (1833), en el cual argumenta sus criterios sobre la composición:

¿Por qué hasta el niño más tierno no ha de contar con orden lo que ve y lo que siente?… atar a los mismos alumnos el hilo del discurso, proponiéndoles de antemano una serie de preguntas bien conducidas (…) así se les va ayudando por grados, hasta que en breve se habitúan a dirigirse por sí mismos las preguntas (De la Luz, 1989, p. 137).

Con José de la Luz y Caballero se inició en Cuba la tradición de los maestros, principalmente de la educación primaria, de elaborar textos para la enseñanza de la lengua española. Seguidores de sus ideas los matanceros Antonio y Eusebio Guiteras Font elaboraron valiosos textos de lectura. Este último “fue el autor de la más amplia y reeditada serie de libros de lectura producidos en Cuba” (Campuzano, 2000, p.49), los cuales se caracterizaron por “la total adopción de la norma cubana de acuerdo con la conjugación español. (Campuzano, 2000, p. 50)

“En la segunda mitad del Siglo XIX _ a partir de 1880_ la situación de la enseñanza en Cuba era casi exactamente la misma que (…) motivó las “Ordenanzas” del padre caballero en 1794”. (Chávez, 1996, p.1) Paralelamente a esta situación oficial de la educación continuó el desarrollo de la escuela cubana. Se distingue en este sentido Miguel Garmendía Rodríguez considerándose como un aporte esencial a la pedagogía cubana su labor como redactor de libros de texto cubanos para las escuelas primarias, los que se utilizaron para el aprendizaje del idioma español, entre ellos están: “Breves nociones de Gramática Castellana, Cartilla para aprender a leer, Libro 4to de Lectura y Manual práctico de Gramática Castellana” (Medina, 1989).

En relación con la enseñanza de la lengua española, se distinguen las aportaciones del Maestro cubano José Martí Pérez. En primer lugar por su impecable empleo del idioma y su afán de enseñarlo a usar correctamente. Al respecto, Vitier (1997) selecciona la siguiente idea la cual ilustra su concepción acerca de la educación:

De raíz hay que volcar este sistema (...) El remedio está en cambiar bravamente la instrucción primaria en experimental, de retórica en científica, de enseñar al niño, a la vez que el abecedario de las palabras, el abecedario de la naturaleza;(...) que el niño derive, ese orgullo de ser hombre (...) Hombres vivos, hombres directos, hombres independientes, hombres amantes: eso han de hacer las escuelas que ahora no hacen eso (p. 293).

Entre su vasta obra se destaca la de profesor de Español en la Escuela Superior Nocturna de Nueva York (1890 - 1892). Sobre su forma de enseñar uno de sus discípulos escribió: “enseñándole gramática sin que pareciera que la enseñaba. Esto hacía suave el camino, y alejaba el temor del estudiante” (Citado por Martínez, 2008). De su labor en esta escuela el propio Martí expresó: “Longfellow enseñaba como yo enseñé español a la clase de la calle 30. A la gramática por la lengua; no a la lengua por la gramática. Modelos y no reglas”. (Martí, 1963, T 21. p. 406) Son notables sus ideas sobre la importancia del lenguaje en el perfeccionamiento del pensamiento, así como la necesidad de conocer la lengua en que se escribe para lograr la comunicación y comprensión en la construcción de un texto escrito. En este sentido tuvo una amplia y clara visión al expresar:

"que no hay placer como este de saber de dónde viene cada palabra que se usa, y a cuánto alcanza, ni hay nada mejor para agrandar y robustecer la mente que el estudio esmerado y la aplicación oportuna del lenguaje". (Martí, 1963, T 21, p. 167)

Relacionado con lo anterior José Martí subraya que “el lenguaje es obra del hombre, y el hombre no ha de ser esclavo del lenguaje”. (Martí, 1963, T 13, p. 22) Por otra parte, en las cartas a la niña María Mantilla insistió en la necesidad de aprender con corrección la lengua española.

En su función de mentor le dijo:

es bueno que al mismo tiempo que traduzcas,... leas un libro escrito en castellano útil y sencillo, para que tengas en el oído y en el pensamiento la lengua en que escribes... yo quise escribir así en La Edad de Oro; para que los niños me entendieran, y el lenguaje tuviera sentido y música (Martí, 2000, p. 31).

Con respecto a la escuela que María y Carmen querían abrir, les orientó Martí algunas de sus concepciones e ideas donde manifiesta su posición integradora en relación con la enseñanza de la lengua española: “tú podrías enseñar piano y lectura, y español (...) y Carmita una clase nueva de deletreo y composición a la vez, que sería la clase de gramática, enseñada toda en las pizarras”. (Martí, 2000, p. 40)

En el siglo XIX merece un interés especial Enrique José Varona y Pera (Varona, 1936), su labor, aunque no en la primaria, resultó muy valiosa ya que transformó las concepciones pedagógicas relacionadas con la enseñanza del español incluyendo en el Plan de Estudio para la enseñanza superior asignaturas como Lenguaje y Gramáticas castellanas, eliminó la enseñanza del latín.

Estas transformaciones permitieron difundir nacionalmente el aprendizaje del idioma español y significaron una ruptura con el viejo sistema educacional y el surgimiento de nuevas concepciones. La labor de este pedagogo abarca la segunda mitad del siglo XIX, el período de intervención norteamericana (1899- 1902) y las primeras décadas de la República neocolonial.

En el siglo XX cubano se distinguen las loables contribuciones de la profesora Carolina Poncet y de Cárdenas, quien en su tesis doctoral manifiesta las ideas de Luz y Caballero en cuanto a la importancia del idioma natal en la formación patriótica de los escolares cuando expresó: “El maestro que sepa inculcar a los niños la necesidad de respetar el idioma patrio, de defenderlo y de conservarlo, habrá puesto una piedra en los cimientos de la personalidad de la nación”. (Citado por García, 1998, p. 46)

En la amplia obra de esta investigadora es relevante Lecciones de Lenguaje, un texto para tercer y cuarto grados donde se evidencia la necesidad de integrar el estudio de los aspectos de la lengua, con énfasis en la expresión oral y escrita. En este texto transmite esta meritoria opinión: “De todas las composiciones que pueda dirigir un maestro, las más valiosas serán, sin dudas, las que se refieran a la vida del niño en la escuela, en el hogar, en la ciudad”. (Citado por García, 1998, p. 46) Según Delfina García Pers esta investigadora se considera pionera en la didáctica de la lengua. (García, 1998, p. 46)

En el siglo que se refiere Alfredo Miguel Aguayo Sánchez, representante de la Escuela Nueva, combatió fuertemente la enseñanza tradicional. Aportó una fecunda obra para la enseñanza de la lengua española en la primaria en la cual se destacan Enseñanza de la lengua materna en la Escuela Elemental (1910) y Pedagogía científica (1947).

La contribución de Aguayo a la enseñanza del lenguaje fue notable. En tal sentido, aseveró, “el lenguaje oral es una traducción de nuestros pensamientos y emociones en sonidos articulados” (Aguayo, 1947, p. 242), y avizoró la importancia de enseñar la lengua con un fin comunicativo pues consideró que “entre el lenguaje oral y las formas de expresión escrita debe haber una íntima y estrecha relación”. (1947, p. 246), este fundamento está vigente en la Educación Primaria para el tratamiento a los ejercicios de construcción de textos.

En sus publicaciones explicó y difundió sus puntos de vista los cuales hoy adquieren considerable trascendencia. Al respecto, defendió que “los ejercicios formales de composición no deben comenzar hasta que el niño domine suficientemente el lenguaje oral y el mecanismo de la escritura” (1947, p. 255) y aseveró, con certeza, que los temas para los trabajos de construcción escrita debían seleccionarse entre los que despertaran el interés de los escolares.

Un hecho trascendental que marcó definitivamente el curso de la educación en Cuba es el triunfo de la Revolución en 1959. A partir de este momento el fundamento pedagógico cubano se basó en eliminar las concepciones tradicionales de la enseñanza. Se destacó en esta labor Herminio Almendros Ibáñez quien se dedicó, entre otras facetas de creación, a la enseñanza de la lengua española.

En este sentido publicó folletos y libros para la enseñanza de la escritura, de la ortografía, de la lectura y del lenguaje, entre ellos se encuentran: Libro cuaderno de lenguaje del segundo al quinto grado (1959), Libro de Lenguaje (1961), Lengua Española (1964) y Algunas consideraciones acerca de la enseñanza del Español (1971).

Para Almendros, “precursor de las tendencias actuales del aprendizaje de la lengua”, (García, 1976, p. 151) la expresión oral y escrita de los escolares constituían las “bases y medios para conseguir un firme progreso en el uso y conocimiento del idioma”. (Almendros, 1962, p. 1) Idea vigente en la enseñanza de la lengua.

De manera particular en cuanto a la construcción de textos escritos explicó a los maestros: más que proponer (...) lecciones formales de artificiosa corrección gramatical, se procura siempre sugerir una enseñanza que parta de la auténtica expresión oral y escrita de los alumnos en relación estrecha con la vida, que estimula el pensamiento y requiere el más vivo y natural ejercicio del idioma. (Almendros, 1962, p. 1)

Las ideas y aportes de Herminio Almendros Ibañez son de indiscutible valía para la didáctica de la construcción de textos escritos, sin dudas, junto a José de la Luz y Caballero, José Martí Pérez, Carolina Poncet y de Cárdenas y Alfredo M. Aguayo Sánchez constituyen fuentes orientadoras para el maestro de la Educación Primaria.

En 1975 comienza en Cuba el Perfeccionamiento Continuo del Sistema Nacional de Educación el cual permite perfeccionar de forma sistemática la práctica educativa a partir de los resultados de las investigaciones que se realizan. Sobre la enseñanza de la lengua española y en particular de la construcción de textos investigó Ernesto García Alzola, quien fue formador de educadores.

Este pedagogo realizó importantes aportes a la enseñanza de la lengua, fundamentalmente en secundaria básica, sin embargo, la relevancia de sus reflexiones permiten emplearlos en la primaria. Muchos de ellos se conservan en el texto Lengua y literatura (1975) que todavía estudian los educadores. En este sentido, resultan esenciales sus ideas acerca de la relación lengua oral, lengua escrita y la composición. Propone un modelo de etapas para la construcción de textos escritos en el cual son apreciables sus consideraciones sobre la motivación por escribir y la formación de la autocrítica funcional.

Otra investigadora que merece especial distinción es Delfina García Pers quien es autora de textos de didáctica de la lengua española para la formación de maestros primarios los cuales se mantienen vigentes por su rigurosa fundamentación teórica y metodológica en los que, con sustento marxista – leninista, explica la relación pensamiento lenguaje, lengua oral lengua escrita y las bases psicofisiológicas de la enseñanza del lenguaje. En ellos argumenta la necesidad del maestro como modelo lingüístico y su papel en la enseñanza de la lengua y fundamenta la importancia de enseñar a construir diferentes tipos de textos.

En relación con lo anterior, Raúl Ferrer Pérez, fue maestro primario en los años de la República. Dedicó su vida a enseñar con una distinguida sabiduría convertida en poesía. Protagonizó la Campaña de Alfabetización. Legó a la posteridad la conocida poesía Romance de la niña mala, (Ferrer, 1978, p. 333) verdadera semblanza de su labor magisterial, además, otros textos, entre ellos una ponencia escrita para el IV Seminario nacional a dirigentes, metodólogos e inspectores provinciales y municipales de educación, la que contiene los problemas en la enseñanza de la lengua en Cuba (1980), así como las principales direcciones del trabajo. La agudeza de sus reflexiones trasciende hasta nuestros días. Reconocido como el “Poeta del magisterio o maestro poeta”.

Raquel González Núñez, autora de textos de Metodología de la enseñanza del Español y de la Caligrafía (1979) para los estudiantes de la Licenciatura en Educación Primaria, tiene una fecunda obra, fundamentalmente en los primeros grados. Tuvo a su cargo la capacitación de los maestros primarios para introducir en Cuba el método fónico – analítico – sintético en la enseñanza de la lecto – escritura.

Es importante significar, además, la obra de la destacada maestra y Profesora de Mérito de la Universidad de La Habana Vicentina Antuña Tabío quien tuvo una relevante carrera humana y profesional. Fue una de las primeras educadoras que obtuvo la condición de Heroína del Trabajo de la República de Cuba, por sus méritos obtuvo la Orden José Martí. Autora de textos de Español, Lectura, Lectura Literaria, Escritura, Redacción y Composición, Literatura General e Infantil, Metodología de la Enseñanza de la Lengua Materna para la educación preescolar, primaria, secundaria básica, preuniversitaria, superior y especial relacionadas con la formación y el perfeccionamiento del personal pedagógico. Dirigió a nivel nacional la investigación sobre el español hablado en Cuba, desarrollada por numerosas instituciones y dirigida por el Instituto de Literatura y Lingüística y las Facultades de Artes y Letras de las universidades del país.

La enseñanza de la lengua en Cuba se enaltece con la obra de la destacadísima profesora Angelina Roméu Escobar. Su desempeño científico investigativo comprende la segunda mitad del siglo XX y se extiende hasta el XXI, es trascendental por los extraordinarios aportes a la didáctica de la lengua y la literatura. Tiene el mérito histórico de idear, argumentar, defender, promover y enseñar un enfoque para la enseñanza de la lengua donde se conjuga las concepciones más actuales y transformadoras con bases en el pensamiento pedagógico cubano que nos antecedió: el cognitivo, comunicativo y sociocultural, el cual explicó, fundamentó e ilustró en una extensa obra científica (2003, 2006). Profesora de muchas generaciones de educadores, impartió docencia en la UCP “Enrique José Varona”, del que fue fundadora y donde obtuvo el título de Profesora de Mérito. Fue asesora de múltiples tesis de doctorado. Es autora de más de una decena de textos sobre la metodología y didáctica del español y la literatura. Su inconmensurable afán de superación la impulsó a optar y obtener el título científico de Doctora en Ciencias. Mereció, entre otras, la medalla Rafael María de Mendive y la de la Distinción por la Educación Cubana.

CONCLUSIONES

Los educadores citados en este trabajo, y muchos otros, emprendieron y promovieron una tenaz lucha por transformar la enseñanza de la lengua española, teniendo en cuenta el período histórico en que vivieron. Sus ideas cimientan y subyacen en las nuevas posiciones que se asumen actualmente. Si los lectores han encontrado en ellos una fuente renovadora de su desempeño profesional, entonces, se habrá cumplido el cometido de los autores.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Aguayo Alfredo, M. (1910). Enseñanza de la lengua materna en la escuela elemental. La Habana: Librería Nueva.

Aguayo Sánchez, Alfredo M. (1947). Pedagogía Científica - Cultural. Habana.

Almendros Ibañez, Herminio. (1962). Lengua Española 3. Libro de Lenguaje. Imprenta Nacional de Cuba.

Caballero Rodríguez, José A. (2000). Sobre la reforma de estudios universitarios. En: Revista Educación No: 101. P. 54 – 56.

Campuzano, Luisa. (2000). Los libros de lectura de Eusebio Guiteras. En: Revista Matanzas, año II No: 4.

Chávez Rodríguez, Justo. (1996). Bosquejo histórico de las ideas educativas en Cuba. La Habana. Ed: Pueblo y Educación.

De la Luz y Caballero, José. (1989). Informe sobre la Escuela Náutica. En: “José de la Luz y Caballero y la pedagogía de su época” de Perla Cartaya Cotta. Ciudad de La Habana. Ed: Ciencias sociales.

Ferrer Pérez, Raúl. (1978). Romance de la niña mala. En: “Libro de Lectura Cuarto grado”. Ciudad de La Habana. Ed: Pueblo y Educación.

Ferrer Pérez, Raúl. (1980). Consideraciones acerca de la enseñanza de nuestro idioma: sus principales problemas. En: “IV Seminario nacional a dirigentes, metodólogos e inspectores de las direcciones provinciales y municipales de educación”. Tercera parte. Ed: Pueblo y Educación.

García Alzola, Ernesto. (1975). Lengua y literatura. Su enseñanza en el nivel medio. La Habana. Ed: Pueblo y Educación.

García Galló, Gaspar Jorge. (1978). Bosquejo histórico de la Educación en Cuba. La Habana. Ed: Libros para la Educación.

García Pers, Delfina. (1976). Didáctica del idioma Español. Primera parte. La Habana. Ed. Pueblo y Educación.

García Pers, Delfina. (1998). El legado pedagógico de Carolina Poncet y de Cárdenas. P. 45 – 48. En: Revista Educación, no: 93/ enero – abril.

González Núñez, Raquel. (1979). Orientaciones metodológicas para la enseñanza de la Caligrafía. Ciudad de La Habana. Ed: de libros para la Educación.

Martí Pérez, José. (1963). Obras completas. “Cuadernos de apuntes”. Tomo 21. La Habana: Ed. Nacional de Cuba-Instituto Cubano del Libro.

Martí Pérez, José. (1963). Obras completas. “Emerson, La Opinión Nacional”. Tomo 13. La Habana: Ed. Nacional de Cuba-Instituto Cubano del Libro.

Martí Pérez, José. (2001). Cartas a María Mantilla. La Habana. Ed: Gente Nueva.

Martínez González, Luis Ernesto. (2007) El autodidactismo en la concepción de la educación de José Martí. En: Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas, Matanzas.

Medina Suárez, Nancy. (1989). Algunas consideraciones acerca de la labor pedagógica desarrollada por el educador matancero Miguel Garmendía Rodríguez. En: Trabajo de Diploma. ISP “Juan Marinello”. Matanzas.

Roméu Escobar, Angelina. (2003). Teoría y práctica del análisis del discurso. Su aplicación en la enseñanza. Ciudad de La Habana. Ed: Pueblo y Educación.

Roméu Escobar, Angelina. (2006). El enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural en la enseñanza de la lengua y la literatura. Ciudad de La Habana. Ed: Pueblo y Educación.

Varona Pera, Enrique José. Estudios y Conferencias. (1936). Cultura S. A. La Habana.

Vitier, Cintio. (1997). Cuadernos Martianos IV. La Habana: Ed. Félix Varela