Vol.4 Nro.36(2016) octubre–diciembre págs.[184-195] http://atenas.mes.edu.cu

La entrevista, orientación educativa para la mujer ecuatoriana ante las enfermedades de trasmisión sexual

The interview, educational guidance for Ecuadorian women to sexually transmitted diseases

Carlos Emilio Paz Sánchez1
pazsanchezcarlos@hotmail.com
Herman Arcenio Romero Ramírez2
h.romero1@hotmail.com
Darwin Fabián Toscano Ruíz3
darfatoscano@yahoo.com

RESUMEN:

La mujer en Ecuador es víctima de actos violentos sexuales que se debaten ante conflictos que expresan su condición de ser subestimado y carente de poder al interior de la familia, las enfermedades de trasmisión sexual son una variable que incrementa su desarreglo social. Con el propósito de evaluar las condiciones de las mismas se realizó un estudio en un pequeño poblado de Ecuador y derivar técnicas de trabajo social como la entrevista de intervención. Para ello se realiza una lectura coherente que revela las posibilidades que esta teorización tiene para atender los daños psíquicos y sociales.

Palabras clave: violencia sexual, trabajo social, entrevista de intervención, orientación educativa.

ABSTRACT:

Women in Ecuador is a victim of sexual violence before being debated conflicts expressing its being underestimated and lacking power within the family, sexually transmitted diseases are a variable that increases your social derangement. In order to assess the conditions of such a study it was conducted in a small town in Ecuador and derive social work techniques as interviewing intervention. This requires a coherent social reading that reveals the possibilities this theorizing has to address the psychological damage and is done.

Keywords: sexual violence,social work,intervention interview, educational guidance.

INTRODUCCIÓN

La mujer en Ecuador es víctima de fenómenos sociales que la debaten ante constantes conflictos que expresan su condición de ser subestimado y carente de poder al interior de la familia en muchos casos. Esa condición la coloca no solo ante actos agresivos físicamente, sino que derivan en secuelas psíquicas y físicas que la acompañan toda la vida, es el caso de las enfermedades de trasmisión sexual y sus parientes patológicos cercanos los Virus de la Inmunodeficiencia Humana, patologías que crecen de modo alarmante en el país.

El presente estudio aspira a enfocar esta relación por la frecuencia con que se registra en el sector Carlos Carriel del Cantón Ventanas, provincia de Los Ríos, Ecuador. Las infecciones de transmisión sexual en adultos del Sector con una población de 186 adultos de los cuales 39 están infectados, lo verifica como un caso negativo y singular de alto índice de estas infecciones, de manera general otro indicador es todavía más alarmante, pues se puede señalar que estos adultos infectados con VIH han presentado actos de violación sexual, hecho que conecta una indisciplina social con efectos de diversa naturaleza en la salud, a los cuales, la educación debe atender de un modo creativo y destacado.

Se conformó una estrategia metodológica que permitiera obtener una precisión teórica sobre estos conceptos, encuestar y revisar los casos detectados y aportar una interpretación de esa singularidad negativa que sirva de referente para una orientación educativa que contribuya a la recuperación e implementación de las políticas de salud y su adecuación objetiva con miras a corregir los enfoques y metodologías con las cuales se aspira a disminuir el daño de tales enfermedades.

DESARROLLO

La violencia intrafamiliar no afecta solamente a la mujer, involucra a todos los miembros de la familia; se podría definir la violencia como el uso intencionado de la fuerza física en contra de un semejante con el propósito de herir, humillar (Rojas, 2007). El carácter intencionado le otorga un sentido a la violencia que un individuo ejerce, por tanto, constituye una decisión personal para subordinar a los sujetos integrantes de la relación familiar para que actúen conforme a las reglas impuestas por el victimario. En ese contexto la mujer y los niños son por lo regular los seres más carentes de capacidad de respuesta para socavar esas intenciones y negociar su lugar en el ámbito hogareño. Por tales motivos, son los más vulnerables y los que al ser objeto principal de los actos violentos, sufren daños psíquicos más prolongados.

Al referir el sentido que anima al victimario estamos estableciendo su origen cultural lo cual significa que posee una trayectoria construida en el espacio y el tiempo. Ese devenir indica las regularidades temporales y espaciales mediante las que se ha erigido y que permiten afirmar que las formas de violencia de género guardan relación entre sí, tienen una continuidad entre ellas y todas tienen relación con el patriarcado (Alberdi, 2002). La colocación en tiempos pretéritos de su origen es garantía explicativa de la realidad estudiada. Para el autor citado las conductas que manifiestan agresiones sexuales, el acoso sexual en el trabajo, las agresiones domésticas o las violaciones se deben entender como ideología patriarcal de desprecio e inferioridad de las mujeres.

El Ministro del Interior en el lanzamiento de la campaña "Ecuador actúa ya, violencia de género ni más", afirmó que la mujer permitió un abusivo ejercicio de poder, que duele y hasta mata (Serrano, 2014), esa frase que intenta indicar un cambio debe ser acompañada de medios científicos para viabilizar las intenciones humanistas de la política del Estado.

El sector tomado para el estudio presenta una condición educativa muy baja y ello argumenta la permanencia de costumbres ancestrales donde el hombre era centro y dueño de todas las atribuciones, un asunto arraigado en general. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC, 2011), informa que 60,6% de las mujeres en Ecuador ha vivido algún tipo de violencia y esta no tiene diferencias entre zonas urbanas y rurales: en la zona urbana el porcentaje es de 61,4% y en la rural 58,7 La elevada tasa de casos confirma el carácter de pauta de comportamiento un elevado porcentaje de hombres en la nación. En atención a ello y a que los agresores tienden a ser personas impulsivas, con complejos de superioridad, provenientes de hogares violentos, se asocian directamente con problemas en lo psicológico y social (Carrasco, 2012) pueden sintetizarse en ser patologías psíquicas que dan la viabilidad para la intervención del médico, la enfermera o el formador y ayudar a recuperar a la víctima.

La violencia sexual masculina produce un impacto psíquico muy fuerte en las víctimas y frecuentemente dan lugar a otras consecuencias como la transmisión de enfermedades venéreas y embarazos indeseados (Alberdi, 2002), pero su objetivo de humillarla y causarle sufrimiento puede ser conjurado con una adecuada orientación educativa. Entendida esta como preparación para la vida se sustenta en la educación de la personalidad que promueve el desarrollo personal y la autorrealización (Torroella, 2011); es realmente complejo pensar en la autorrealización cuando el individuo está afectado profundamente, pero la orientación posee un ámbito muy a propósito de esta situación, el aprendizaje básico referido a la relación o encuentro del hombre con el mundo o realidad externa.

Este aprendizaje nos capacita para comprender y transformar la realidad y al respecto saber responder a los problemas y dificultades de la vida, su comprensión y solución racional; la vida humana es un proceso extremadamente complejo con dos vertientes claramente diferenciadas la individual y la social que nos desafían y exigen esfuerzo para relacionarlas.

El mejor modo de hacerlo es enfrentarla tanto en sus aspectos positivos como negativos. Como la violencia abarca formas de discriminación económica, menores oportunidades sociales y menor capacidad de negociación, la entrevista como método educativo debe ser cuidadosamente preparada con el fin de subvertir esas falencias.

La entrevista es definida como una conversación de carácter planificado entre el entrevistador y su entrevistado (Collazo, 2011) puede estar intencionada para influir sobre las evidencias negativas del caso lo cual la convierte en una conversación de intervención. Los autores que han estudiado este tipo recomiendan evitar la precipitación en la orientación, utilizar preguntas reflexivas y actuar con naturalidad para favorecer la manifestación libre de la víctima.

La participación del entrevistado con total desenfado es un aspecto complicado, pero posible de alcanzar básicamente si son empleados temas que lleven al entrevistado a ser protagonista de la conversación mediante la adopción de una postura constructiva de su estrategia para superar el conflicto de integridad física, psicológica y derecho al desarrollo del cual sigue en posesión. Es este el momento de orientar acciones para la aprobación y apoyo social de comportamientos con los cuales recuperar la autoestima; uno de los aspectos centrales es el culto al cuerpo, conducta que expresa la disposición de vivir la feminidad desde la asimetría que cada cual le puede dar. Ese paso es fundamental para dar índices de haber trascendido la crisis psíquica y estar en condiciones de retomar la condición moderna en la apariencia física.

Estrategias de inversión social mediadoras ante la violencia sexual y las enfermedades de trasmisión sexual

En líneas anteriores referíamos que la violencia sexual es una de las causas del aumento de las enfermedades de trasmisión sexual (ETS) ya que obligan a las mujeres a tener relaciones sin barreras protectoras. Hay autores que refieren como las mujeres son más vulnerables a las ETS, debido a que estas la mayoría son asintomáticas en ellas, uno de los principales factores que las torna más susceptibles a la infección por VIH es atribuido a la discriminación de género, la falta de poder simbólico para negociar la relación sexual y las escasas oportunidades educativas y económicas que padecen. (Molina, 2014).

Esta restricción de la libertad femenina y el efecto en salud demandan ser enfrentadas con herramientas de trabajo social integradas y en correspondencia a la magnitud del efecto que causan. Por esa razón, las técnicas para la orientación educativa a las víctimas deben ser combinadas en la búsqueda de mayores dimensiones para la autorrealización.

Una búsqueda de nuestros logros representa una meta máxima que despliegue el potencial poseído en habilidades, capacidades y talentos para hacer, ser y tener lo que siempre hemos querido (Celis, 2016); ante una fractura, el reposicionamiento psíquico es una posibilidad para recuperar la salud y la misma se puede viabilizar a través de una colocación indicativa del capital cultural y simbólico que posee la víctima de la violencia.

Sin lugar a duda el contexto donde está insertada la mujer es espacio propicio para realizar una lectura y organizar la orientación educativa más adecuada, cuyo fin es mejorar la salud de las personas que además de haber sido objeto de actos violentos han adquirido ETS, lo que conlleva a trabajar con un enfoque dirigido a modificar la conducta sexual, concientizar sobre los riesgos de las infecciones y desarrollar estrategias de inversión social, que basadas en dones, participación en reuniones, visitas regulares permitan alcanzar un intercambio que reconstituya el capital simbólico y produzca consecuencias prácticas (Mazzoni, 2004) relacionadas con la manera de evitar el contagio de otras enfermedades de transmisión sexual y reestructurar la familia.

En un contexto donde las personas infectadas con VIH tienen otras enfermedades de transmisión sexual, las mujeres son más propensas a trasmitir el VIH debido a que se ha instalado el hábito de tener múltiples parejas (Centros para el control, 2011). Esa magnitud se contextualiza en lo local cuando se aprecia que en el sector Carlos Carriel hay personas que diseminan la enfermedad y siguen muriendo a causa del VIH por la ignorancia. Las infecciones de transmisión sexual son una puerta de entrada para el VIH, en razón de las secreciones, llagas y gran cantidad de virus que facilita su contagio, siendo el sexo femenino más vulnerable con un porcentaje 96.6% y el masculino 3.4%; una de las regiones más afectadas en el país es la Costa (Estrategia Nacional VIH/SIDA-ITS, 2011).

La estrategia de inversión social planteada se inicia por un registro para construir una red donde situar los individuos y sus posiciones objetivas, lo cual permite laborar desde el principio de reconocimiento para movilizar a favor de los sujetos una serie de apoyos y garantías que le propicien bienes simbólicos y materiales con los cuales recuperar su capital cultural y un efecto de reconocimiento que le dé valor en sus prácticas e intercambios simbólicos (Mazzoni, 2004). Esa estrategia de inversión comprende regalos, sentimientos, desplazamientos y escenificaciones donde el individuo a través de la actividad enriquece sus creencias y retoma una vida social con plena garantía para valorar el mundo.

Para la metodología social juega un papel sustantivo el mediador quien dinamiza los sujetos para su autorrealización concertando los intercambios y diseñando las primeras formas de dones para gestar un universo de posibilidades que multipliquen el capital cultural de los afectados. El principio de reconocimiento que sustenta su modelo facilita integrar el interés de mujeres que han sufrido esos actos, sin motivación, para que retomen sus ilusiones y le otorguen a su vida direccionalidad y funcionalidad, lo cual se visiona como un modo de proporcionar incorporación al grupo por la aceptación de las normas con que se delimita y cohesiona. En la entrevista, la mediadora consciente de su rol, propone a los miembros de la red buscar soluciones para enfrentar su realidad objetiva y en lugar del escapismo, reordenar su cuerpo y los atributos que lo tipifican.

La proposición adecua su reto a la situación en que se encuentran las integrantes del grupo y le diseña un guion de actuación para que se emancipe dentro de sus límites reproductivos, es decir retomar sus costumbres cotidianas con un deseo de enriquecerlas a propósito de los dones invertidos. Como cualidades de un tipo de intercambio de bienes, los dones fueron advertidos por Marx y se definen como no mercancías, objetos que son consumidos sin recurrir al intercambio porque se basan en la reproducción que implica las obligaciones de dar, recibir y restituir (Fernández, 1993), esos actos humanistas serán los que organicen las situaciones de reproducción para lo cual hay que seleccionar las cualidades que puede aportar cada integrante de la red, ya sea alimentos para una reunión, una charla sobre un suceso feliz, la invitación a otro que enriquezca el diálogo o la excursión a un sitio que le recuerde momentos agradables donde pasar un tiempo de significados naturales.

Esa estrategia irá creciendo y alcanzando propósitos más elevados donde los dones pueden obtener mayor diversidad, sin que medie evaluación alguna de ellos; como constituyen el fundamento del desarrollo comunitario pueden modificar las reglas iniciales que permitieron la fundación de la red e incorporar otros actores sociales que hayan sufrido efectos de parecida naturaleza, es el caso del acoso sexual y requieran inversión social, hecho que lo convertirá en un proceso continuo de reproducción y consumo de dones basados en la racionalidad distributiva de valores humanos. Las víctimas de actos que se consideran acoso incluyen las coacciones y amenazas que llevan implícitas en la persecución que ejerce el acosador (Alberdi, 2002), las incorporaciones de sujetos con esas condiciones demandan una atención de la funcionalidad del grupo que oriente el modo de solucionar el conflicto mediando ante las autoridades como institución social para que sea atendido y resuelta la situación. Ese comportamiento de la red incrementará su capital simbólico y el consumo de sus dones entre las víctimas.

El desafío de la entrevista en el sector Carlos Carriel

La creación de espacio para la distribución y consumo de dones vista en el apartado anterior contienen mayores desafíos cuando la comunidad está altamente fracturada. En esas situaciones el trabajo social además de los recursos demanda una presencia institucional que dinamice influencias y modifique la percepción comunitaria sobre estos casos mediante la difusión de las regulaciones establecidas para distribuir la justicia concentrada en las políticas. La Ley Orgánica Integral sobre VIH-SIDA en su Capítulo I, Artículo 5, establece la Garantía del Estado que consiste en propiciar a la población en general y en especial a las personas que viven o están afectadas por VIH-SIDA, el ejercicio y goce de todos los derechos humanos, sin discriminación alguna en particular por su condición de salud, (2009).

En dicho capítulo se especifica un programa de prevención cuyo principal objetivo es emplear una información objetiva, científica, actualizada y desagregada de acuerdo con criterios de diversidad por edad, género, condición socio-económica, cultura, etnia, orientación sexual, entre otras.

El Subcentro de Salud Urbano Malvinas, Sector Carlos Carriel, del Cantón Ventanas, Provincia de Los Ríos tiene la responsabilidad social de intervenir ante los múltiples problemas de su sociedad: la promiscuidad (ya que en la misma casa un hombre vive con dos esposas), y en otros casos una mujer vive con su cónyuge y convive con dos; además se observa drogadicción, alcoholismo, delincuencia, hacinamiento, viviendas pequeñas de caña, sin comparticiones y la cocina dentro del dormitorio, es decir un solo ambiente; a lo cual se incorpora que las personas con VIH no aceptan que tienen esta enfermedad, ni siguen un tratamiento, y mantienen su vida sexual activa. Esta comunidad pequeña presenta un 21% de infectados y el problema es más complejo al observar el poco interés de sus moradores sobre la enfermedad y sus consecuencias. Aspectos sociales que requieren socialización para disminuir las infecciones: negarse a adoptar hábitos de relaciones sexuales sin riesgo, por haber adoptado ciertas prácticas religiosas; postergar la atención y el tratamiento de las ETS, por la presencia de pocos síntomas; falta de confianza y biológicos como la edad; sexo, falta de identidad.

Tabla 1: Características demográficas de la población de estudio

Características Número %
Edad    
18 a 21 años 63 64,9
22 a 25 años 23 23,7
De 25 años 14 14,4
Sexo    
Femenino 85 87,6
Masculino 15 15,0
Estado civil    
Soltera/o 87 87,0
Casada/o 12 15,5
Unión Libre 1 1,0
Residencia    
Urbana 88 90,7
Rural 12 12,4
Edad de primera relación sexual    
No ha tenido aún 44 45,4
14 a 17 años 27 27,8
18 a 21 años 26 26,8
> De 21 años 3 3,1
Fuente: Revista Médica HJCA

La Dirección de Salud de la provincia de Los Ríos ante la problemática social, tiene la tarea de contrarrestar el deterioro progresivo de la salud de sus habitantes, y que a criterio de los autores tiene ante sí un camino: la convertibilidad de los capitales sociales y culturales. Entre dicho capital y el sujeto hay relaciones verticales y horizontales que son variaciones en los volúmenes de capital específico resultantes de estrategias de valorización y desvalorización con que las posiciones se confrontan en el espacio social (Fernández, 1993), los actos de valorización deben dirigirse a los valores que permanecen activos en el sujeto como las afinidades afectivas a hijos u otros miembros del hogar no involucrados en los actos violentos, identificar la importancia y la funcionalidad de esas relaciones es una energía que dinamizará a las víctimas y los pondrá en condiciones de desvalorizar los individuos y sus hechos. Ese movimiento de revalorización- desvalorización otorgará una dinámica al comportamiento y permitirá arribar a conductas donde nutra el cuerpo, lo cuide y le otorgue disposiciones gustosas con las cuales pueda demostrar una filosofía de amor a la vida y sus cualidades estéticas.

CONCLUSIONES

La mujer en Ecuador, víctima de actos violentos cuenta con legislaciones y actores cuyos roles de servicio social pueden neutralizar las secuela de ser subestimada y carente de poder al interior de la familia y auxiliar su proceso de recuperación mediante entrevistas que inspiradas en una didáctica de la vida le proporcionan mediante aprendizajes básicos procedimientos para reposicionar su vida individual y social haciéndose acompañar en toda la vida de valores humanistas en lugar de recuerdos lesivos. El culto al cuerpo, es una de las conductas que expresa la disposición de vivir la feminidad desde la asimetría que su recuperación le proporciona.

La apelación a técnicas de trabajo social es muy apropiada para comunidades muy fracturadas donde una estrategia de inversión de dones y bienes culturales que combine los materiales y los simbólicos habilita espacios sociales de grandes capitales imaginarios requeridos para sustentar comportamientos en la gratuidad satisfactoria y generar escenificaciones donde el individuo a través de la actividad enriquece sus creencias y retoma una vida social con plena garantía para valorar el mundo.

Las instituciones sociales tienen la responsabilidad social de empoderar a los sujetos que atienden en aras de disponerlos en condiciones de luchar por su reposicionamiento social, para lo cual debe emprender rutas que vayan al interior del sujeto con la mirada puesta en sus capacidades de construcción del capital simbólico de modo que este viabilice una filosofía que relacione los volúmenes verticales con los horizontales donde otros sujetos sociales están en condiciones de movilizar series de garantías para interactuar con el mundo real.

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