Vol.1 Nro. 49 (2020) enero - marzo [20 - 35] http://atenas.mes.edu.cu

Cartografía Conceptual de la Inteligencia Emocional para favorecer la Inclusión desde la Socioformación

Conceptual Cartography of Emotional Intelligence to favor Inclusion from Socioformation

 

Artículo de investigación

Cinthia Jessica Sánchez Serrano1
cinjess188v@hotmail.com/

Sergio Tobón2
stobon@cife.edu.mx/

 

RESUMEN

La violencia, la inequidad, la desigualdad, la injusticia, la discriminación, entre otros, han hecho que la inteligencia emocional (IE) sea uno de los temas que en la actualidad ocupe la agenda política educativa, vista como una estrategia que permita disminuir este tipo de problemáticas sociales. El propósito del presente es identificar las características claves de la IE, sus ejes rectores y como favorecen a la inclusión social. La metodología que se implementó es la del análisis documental basado en la cartografía conceptual. Los principales resultados establecen que pocas son las investigaciones que vinculan a la IE y la inclusión social. Como conclusión, se establece que la IE debe ser considerada como un aspecto fundamental en la educación integral del sujeto y que debe establecerse como una opción en la reorientación de las reformas educativas, las organizaciones y la sociedad en general.

ABSTRACT

Violence, inequality, inequality, injustice, discrimination, among others, have made emotional intelligence (EI) one of the issues that currently occupies the educational policy agenda, seen as a strategy to reduce this type of social problems. The purpose of the present is to identify the key characteristics of EI, its guiding principles and how they favor social inclusion. The methodology that was implemented is that of documentary analysis based on conceptual cartography. The main results establish that there are few investigations that link EI and social inclusion. In conclusion, it is established that EI should be considered as a fundamental aspect in the integral education of the subject and that it should be established as an option in the reorientation of educational reforms, organizations and society in general.

Palabras clave: análisis documental, cartografía conceptual, inclusión social, inteligencia emocional, Sociedad del conocimiento, socioformación.

Keywords: documentary analysis, conceptual cartography, social inclusion, emotional intelligence, knowledge society, socioformation.

INTRODUCCIÓN

En la actualidad, el mundo está pasando por profundas transformaciones derivadas principalmente de los procesos de reestructuración socioeconómica y de cambios culturales generados  por la sociedad de la información y del conocimiento, definiendo la primera como la producción y distribución de grandes cantidades de datos con apoyo de las tecnologías de la información para tomar decisiones en los diferentes aspectos sociales (Pérez, Mercado, Martínez, & Mena, 2018), la segunda se caracteriza como aquella sociedad que cuenta con las capacidades para convertir el conocimiento en herramienta central para su propio beneficio (Pescador, 2014), su referente histórico se encuentra en los cambios y en las formas de abordar procesos, métodos de información, reconociéndose generalmente a la tecnología como variable que la despega o la incentiva (Flores, 2016). Lo anterior ha estimulado la industria, la generación de empleos y, mayor disponibilidad de productos y servicios de los diversos países latinoamericanos, pero también ha provocado nuevos fenómenos que acabaron configurándose como procesos de exclusión social (López, & Revuelta, 2014). A pesar de los avances en la economía y de la mejor satisfacción de las necesidades básicas, existe una enorme injusticia en Latinoamérica en la distribución de la riqueza y en el acceso a los bienes sociales, lo que afecta la inclusión social (Insulza, 2015). Sin embargo, esta exclusión no se expresa solamente en  la enorme diversidad adquisitiva de los ingresos de las personas, sino que, se deriva de la discriminación de clase, raza, género, origen geográfico, distinta capacidad física, acceso a la tecnología, etc.; cuando éstas son, practicadas de manera  categórica (es decir, excluyendo a todos o casi todos los miembros de un grupo), la convierten en un fenómeno multidimensional y la hacen  incompatible con los ideales democráticos(Insulza, 2015). La exclusión social, es uno de los problemas más importantes que aqueja a la sociedad Latinoamericana, a tal grado que en estos momentos ocupa un lugar importante en los discursos científicos, sociales (educativos) y políticos (Mascareño, & Carbajal, 2015). Se “traduce como la ausencia de oportunidades para todos; en el acápite que se analiza: la salud, la pobreza, la marginalidad, el analfabetismo y la implantación de modelos consumistas que promueven el tener por encima del ser, el yo por delante del nosotros, los cuales contribuyen a que el desarrollo de la humanidad y por ende los resultados de las transformaciones no sean ni los más idóneos ni los más adecuados” (Ochoa, 2010, p.267). Esto condiciona que se haga notoria la falta de desarrollo en las competencias sociales y emocionales, al mostrar la inminente desvinculación del contacto humano, provocando que predominen en la sociedad el egoísmo, el individualismo, la mezquindad, la discriminación, la exclusión, entre otros. Lo anterior detalla que las personas están dejando a un lado las características que las identifican como seres humanos, quedando a la sombra las dimensiones personales, emocionales, biográficas, esenciales en el desarrollo de la humanidad (Sánchez, 2015). Una de las características de la sociedad (del conocimiento) en la que vivimos tiene que ver con el hecho de que el conocimiento es uno de los principales valores de sus ciudadanos, lo cual plantea la necesidad de promover las competencias para la resolución de problemas específicos (Casas, 2010), lo anterior ofrece la oportunidad a los seres humanos de ser conscientes de las problemáticas que se presentan y de resolver situaciones específicas.  Cabría entonces preguntarse a partir de lo expuesto, ¿qué estrategias son las más pertinentes para erradicar la exclusión social dentro del ámbito de la sociedad del conocimiento? probablemente la respuesta por muy sencilla que parezca, se encuentra en lo que Pierdant, Rodriguez, & Narro, (2016) decía, combatir esta problemática implica lo contrario a esto, es decir, incluir. La exclusión constituye un fracaso social o educativo y la inclusión un logro o un éxito (societario/individual), fuente de cohesión. ¿Y cómo lograr incluir? se considera que bajo las características en las que se encuentra establecida la IE, ésta puede ser un medio que favorezca la inclusión. Las investigaciones han aumentado a partir de los noventa (Luzuriaga, 2015) y han establecido desde la perspectiva de la orientación y la formación integral, que la IE es un constructo que agrupa habilidades sociales y emocionales, y una vez que la persona las integra, constituye el soporte fundamental para el abordaje de los procesos de socialización y realización personal (Zavala, Valdez, & Vargas, 2008). Otras investigaciones, pese a que no establecen directamente el vínculo que existe entre la IE y la inclusión, o las contribuciones que hace sobre ella, pretende favorecerla, a partir de la valoración de la diversidad, como un elemento enriquecedor del proceso de enseñanza aprendizaje y del desarrollo humano; aprender unos de otros, independientemente de sus condiciones personales, sociales y culturales (Paredes, & Díaz, 2016), promoverá la reducción de la violencia y enriquecerá las capacidades adaptativas, constituyendo el fundamento del aprendizaje y del desarrollo sano. De manera general, el presente tiene como propósito establecer el significado y analizar el concepto de la IE, la evolución del mismo y su contribución para favorecer la inclusión social recogiendo algunos de los significados que los autores le otorgan a la IE. Asimismo, se identifican sus dimensiones o características más relevantes a partir de la cartografía conceptual. Por otro lado, se establece y delimitan los pilares de la IE que podrían favorecer la inclusión social, explicitando la importancia e impacto que ambos tienen en el ámbito educativo y la sociedad del conocimiento.

METODOLOGÍA Y MÉTODOS

Se realizó un análisis documental, el cual consistió en describir y representar la información de forma unificada y sistemática para facilitar su recuperación, comprende el procesamiento analítico-sintético que, incluye la descripción bibliográfica y general de la fuente. Para realizar el presente se empleó como apoyo la estrategia de la Cartografía Conceptual, la cual busca sistematizar, concretizar, edificar, elaborar, comunicar, aprender y aplicar conceptos y teorías altamente relevantes en problemas del contexto siguiendo ocho ejes (noción, categorización, caracterización, diferenciación, división, vinculación, metodología y ejemplificación); para ello se tomaron en cuenta fuentes documentales por medio de una serie de preguntas orientadoras (Tobón, 2015). Para llevar a cabo la investigación documental se desarrollaron las siguientes fases: Fase 1. Búsqueda de las fuentes documentales. Se realizó un análisis de la literatura durante un periodo de seis meses aproximadamente, sobre el tema o término de IE, asimismo se indagó sobre palabras complementarias para el desarrollo de la investigación tales como; inclusión y sociedad del conocimiento, con el fin de establecer y concretar cada uno de los ejes base de la cartografía conceptual y de esta manera realizar aportaciones integradoras y metodológicas a la comunidad escolar (directivos, docentes, alumnos y padres de familia). La indagación se realizó empleando Google Académico y Scielo, Redalyc.  Fase 2. Selección de las fuentes pertinentes al objeto de investigación. Para dicha investigación se seleccionaron fuentes (el total fue de 59 documentos revisados; 25 artículos teóricos, 13 artículos empíricos y 6 libros), pertinentes y congruentes y Fase 3. Análisis a partir de la cartografía. La producción de algunos investigadores sobre el objeto de estudio (IE) no solo permitió el procesamiento de la información que se genera día con día por parte de ellos, sino que se gestó una dinámica de análisis de los mismos para la difusión del conocimiento a partir de los ocho ejes claves de la cartografía conceptual.

RESULTADOS

El análisis documental centra su atención en la producción que se genera diariamente y, al conocer de su existencia, se posesiona de ella y la asimila por medio de lenguajes documentales construidos artificialmente mediante claves y reglas. A continuación, se presenta los resultados de la sistematización del conocimiento obtenido en la revisión documental y la codificación generada a partir de la revisión de la literatura (Campos, 2012) en torno a la IE y como favorece en la inclusión desde la socioformación enmarcados en los ocho ejes de la cartografía conceptual:    
Noción de Inteligencia Emocional (IE)
El concepto de IE tiene su auge en los noventa, sin embargo, el tema relativo al dominio de las emociones es tan viejo como el hombre, se recordará que los padres de la cultura occidental; presocráticos, socráticos, platónicos y aristotélicos, establecieron en sus discursos y en su enseñanza que el desarrollo del hombre pasaba inexorablemente por el dominio y manejo correcto de sus emociones (Garcés, & Giraldo, 2014). Posteriormente, se señaló que el concepto tiene su origen en la inteligencia social estudiada por Thorndike en 1920, definida como la habilidad para comprender y dirigir a los seres humanos a actuar sabiamente en las relaciones, siendo un componente esencial de la inteligencia (Triana, & Forero, 2013). En 1983, Gardner publicó Frames of Mind, donde realizó un nuevo planteamiento al concepto de la inteligencia, bajo el cual establece que el ser humano posee diversos tipos de inteligencia y cada una es relativamente independiente (Nadal, 2015). La IE, es un campo de estudio que fue propuesto por Salovey y Mayer en 1990, a partir de la teoría establecida por Gardner, ambos la definieron como la capacidad de razonar las emociones con lo que se permite mejorar el pensamiento. Incluyeron la capacidad para percibir, acceder y generar nuevas emociones, con el fin de ayudar a pensar, entender, conocer y regular estas mismas. Corresponde a Goleman el mérito de difundir el término en 1995 a través de su obra Inteligencia Emocional; la tesis plantea la necesidad de una nueva visión del estudio de la inteligencia humana, más allá de los aspectos cognitivos e intelectuales, que enmarque la importancia del uso y gestión de lo emocional y social para comprender el ritmo de vida de las personas. Esto puso en crisis el coeficiente intelectual y revalorizó socialmente la capacidad de controlar las emociones (Pittaluga, 2012).  La IE es considerada como la capacidad de las personas para reconocer sus propios sentimientos y los ajenos, de motivarse y de manejar bien las emociones en sí mismo y en las relaciones que establece. Es una teoría que explica la importancia que tienen las habilidades sociales y emocionales en la socialización e integración social de la persona (Fernández, 2013). Para el enfoque socioformativo (Tobón, 2013), la IE propone un cambio en la forma en que se comprende el universo, una reorganización del saber y una nueva forma de indagar el mundo; esto quiere decir, una actitud abierta que huye de la rigidez y del uso de recetas; supone una búsqueda de nuevas maneras de formular y enfrentar los problemas. Se asume como el proceso por el cual una persona es empática y busca la comprensión de sí misma, los demás y la realidad externa; asimismo, valora los aspectos positivos y se sensibiliza frente a los problemas, buscando acciones puntuales para resolverlos con optimismo, asertividad, colaboración, compañerismo, amistad, tolerancia y sentido de reto, disfrutando tanto del proceso como de las metas logradas. Con lo anterior, se espera que para este siglo denominado la sociedad del conocimiento, el capital humano sea capaz de investigar, desarrollar, crear, innovar, proponer, producir se convierta en la fuerza de transformación (Moreno & Velázquez, 2012); de ahí proviene entonces la necesidad de que las personas fortalezcan su IE para que contribuyan a superar la exclusión que se da en los diversos ámbitos de la vida cotidiana, como también otros problemas que afectan a la humanidad.

 Categorización de la Inteligencia Emocional
Diversos modelos se han propuesto para describir el constructo de inteligencia y sus factores. La discusión sigue abierta, en la actualidad existen aportaciones que han establecido diversas categorías sobre ésta, dentro de las cuales se encuentran la inteligencia general, la inteligencia académica, la inteligencia práctica, las inteligencias múltiples, etc. (Fernández, 2013). Se encuentra ubicada dentro de la inteligencia general no académica, la cual permite afirmar que un sujeto con habilidades emocionales, que conozca y maneje sus propios sentimientos y que pueda interpretar y fomentar con eficacia los sentimientos de otro, estará posicionado ventajosamente en cualquier aspecto de la vida (Fernández, 2013).  Forma parte del pensamiento complejo, la socioformación y la sociedad del conocimiento ya que permite gestionar con calidad el conocimiento, más allá de la información, con comprensión y significado; con ello se busca llegar al saber, asumiendo tanto los procesos personales, como los sociales, ambientales y económicos, desde la búsqueda del bienestar personal y social, en equilibrio ecológico, con base en la ética.
Caracterización de la Inteligencia Emocional
Educar o formar seres humanos inteligentemente emocionales se ha convertido en una tarea necesaria en cualquier ámbito, se considera primordial el dominio de estas habilidades para el desarrollo evolutivo y socio-emocional del ser, el cual permitirá a éste afrontar con mayor éxito los contratiempos cotidianos y evitar la exclusión. Las personas con un adecuado nivel de IE se caracterizan por poseer ciertos rasgos que la conforman, las cuales son; El autoconocimiento, podría entenderse como una práctica de conocimiento de las propias virtudes y vicios, de las capacidades y defectos (Prevosti, 2014) de uno mismo. La autorregulación, permite regular la emoción a través de una serie de procesos extrínsecos e intrínsecos responsables de controlar, evaluar y modificar reacciones emocionales, especialmente sus características de intensidad y temporalidad para alcanzar un objetivo (Pérez, & Guerra, 2014). La motivación, orienta las acciones y se conforma así en un elemento central que conduce lo que la persona realiza y hacia qué objetivos se dirige (Naranjo, 2009). La empatía, permite que las emociones vivencien de manera propia la experiencia de otro, en la cual se integra la vivencia de recuerdo y la esperada (Furstenberg, 2015) y las relaciones personales, implica dominar las habilidades sociales, la capacidad para la comunicación efectiva, respeto, actitudes pro-sociales, asertividad, etc. (Bisquerra, 2009).
Diferenciación de la Inteligencia Emocional
En la consigna que se tiene de educar para la vida, se estipula que las emociones juegan un papel fundamental en la formación del ser humano, por tanto, la IE, las competencias emocionales y la educación emocional en las últimas décadas ha sido reconocidas a nivel internacional por diversos organismos; debido a esto han llegado a tomarse coloquialmente como sinónimos, sin considerar necesario aclarar sus diferencias. La IE, es un constructo hipotético que está en debate en el campo de la psicología (Blanes, Gisbert, & Díaz, 2014), consiste en la capacidad que posee y desarrolla el ser humano para supervisar tanto sus sentimientos y emociones, como los de los demás, lo que le permite discriminar y utilizar esta información para orientar su acción y pensamiento (García, 2012). Por otra parte, autores como Saarni (1999, citado en Blanes, Gisbert, & Díaz, p. 2014), establecen que la competencia emocional se define como un conjunto articulado de capacidades y habilidades que un individuo necesita para desenvolverse en un ambiente cambiante y surgir como una persona diferenciada, mejor adaptada, eficiente y con mayor confianza en sí misma, pone el énfasis en la interacción entre los seres humanos y el ambiente que los rodea y por ende se confiere más importancia al aprendizaje y desarrollo, por lo que tiene implicaciones educativas inmediatas (Blanes, Gisbert, & Díaz, 2014). Por su parte la educación emocional implica, desde la perspectiva de Bisquerra, un proceso educativo y permanente que permite o intenta potenciar el desarrollo emocional como un complemento indispensable del desarrollo cognitivo del ser humano (citado en Macazaga, Vaquero & Gómez, 2013). Establece una nueva visión sobre las escuelas en la educación integral del sujeto, equilibrando en el aula escolar la emoción con la cognición.
División o Clasificación de la Inteligencia Emocional
La IE se puede clasificar desde su ámbito o área de intervención; desde la socioformación, se clasifica en tres ámbitos: personal, social y ambiental. El primero, se refiere a la empatía y comprensión de sí mismo para reconocerse de forma amplia, con las fortalezas y aspectos a mejorar, y a raíz de ahí, saber desenvolverse eficazmente en el contexto social y ambiental. Respecto al ámbito social, se refiere a la empatía, comprensión y relación con los demás, lo que permite la interacción adecuada con la gente; abarca la capacidad de fijarse en las cosas importantes para otras personas, acordándose de sus intereses, motivaciones, perspectivas y sentimientos derivados de las relaciones entre personas y grupos. Por último, el ámbito ambiental la IE, a través de sus ejes como la apertura al autoconocimiento interior, la comprensión de las cosmovisiones de los pueblos, el compromiso con la sociedad, la motivación por el cambio y los procesos afectivos, poéticos, creativos, filosóficos, etc., del ser humano (Collado, 2016), su fin es buscar soluciones creativas.
Vinculación de la Inteligencia Emocional.
En la actualidad se habla de la inclusión, sin embargo, no se ha logrado la transformación social que requiere dicho constructo y se sigue implementando el modelo de la integración, por ende, la exclusión no ha cesado (García, 2012). Es indispensable entonces, transformar estas concepciones sociales tan arraigadas y direccionadas a estigmatizar las diferencias; por otras cuyo valor social se centre en el respeto a la diversidad (García, 2012). Una parte de la sociedad, no reaccionan siendo inclusivos ante demandas de diversidad y esto se debe a que nadie les ha enseñado a serlo. Pensar en la inclusión es pensar de manera disciplinaria; “es decir no solo es importante formar al sujeto que aprende, sino también dotarlo de valores e ideas que le permitan tener una actitud de vida distinta a la que actualmente existe ante las diferencias” (García, 2012. p. 3). Con la anterior, la inclusión se vincula con la IE en el momento en el que ésta se ve como una puerta de acceso (García, 2012) al cumplimiento de proporcionar atención a la diversidad, la exclusión, las violencia, etc.; se entiende como una necesidad poner énfasis en el desarrollo emocional, dotando a cada ser humano de los recursos emocionales cognitivos, necesarios, básicos e indispensables para que pueda lograrse el cambio que la inclusión y la diversidad representan, reconociendo que el logro de esto es indispensable para el enriquecimiento cultural y social (García, 2012).
Metodología de Aplicación de la Inteligencia Emocional
Desde el auge y el uso del concepto de la IE, diversos autores han elaborado un gran número de modelos teóricos o elementos metodológicos, para entender, valorar y usar este término; ninguno se contrapone, pero cada uno con cuenta con un matiz particular. Suárez & Mendoza (2008) establecen que, para desarrollar la inteligencia emocional en los sujetos y la capacidad para establecer relaciones inter e intrapersonales, se debe llevar a cabo investigaciones de campo que permitan la participación de las personas que hayan de ser beneficiadas y de aquellos con quienes ha de hacerse el diseño, recolección e interpretación de la información. Para tal efecto debe realizarse, primeramente, un diagnóstico que permita buscar la situación y la problemática, el plan de acción es el segundo momento que debe llevarse a cabo, la ejecución de éste es la fase en donde se llevarán a cabo las acciones propuestas. Por último, se realiza la evaluación de las actividades realizadas que permite reflexionar y analizar las acciones planificadas.
Ejemplificación de la Inteligencia Emocional         

Se presenta un ejemplo de investigación sobre IE que se ha llevado a cabo en un centro educativo, considerando los elementos metodológicos mencionados. Ésta fue realizada por Suárez & Mendoza (2008) en la Escuela Secundaria Técnica Comercial Dr. Ambrosio Perera, dentro de lo cual se detalla lo siguiente: Diagnóstico; En esta fase se determinó  la situación problemática utilizando el método  la técnica de discusión y conversación grupal y como  instrumento el diario de campo, se dividió en dos momentos con el fin de atender a los diferentes actores, el momento A  consistía en una discusión grupal de los docentes e investigadores, los cuales concluyeron que el grupo de estudio presentaba las siguientes situaciones; problemas de indisciplina, falta de comunicación, falta de motivación, relaciones personales irrespetuosas y agresivas, además de presentar un alto índice de inasistencias. El momento consistió en una discusión grupal entre los estudiantes (37 estudiantes, en edades promedio de 17 años) y los investigadores, con el fin de conocer la opinión de los primeros, se realizó una discusión cuyo fin fue motivar, incentivar y crear un ambiente donde los estudiantes se sintieran en un clima armonioso para plantear sus percepciones de la realidad. El Plan de Acción y Ejecución, cuyo objetivo fue coadyuvar en el desarrollo de la inteligencia emocional y de la capacidad para establecer relaciones interpersonales e intrapersonales y Generar cambios en la actitud de los alumnos de la Escuela Técnica Comercial Dr. Ambrosio Perera, con el fin formarlos de manera integral tanto en su aspecto profesional como en el personal. Se trabajó a través de lecturas de reflexión, actividades de recreación y talleres de crecimiento personal. Y por último la evaluación se establece que los cambios en este tipo de conducta requieren de un trabajo mancomunado de todos los miembros de la institución y de los familiares.

DISCUSIÓN

En esta revisión teórica sobre la inteligencia emocional para favorecer la inclusión desde la socioformación, se visualiza primeramente que cada una de las investigaciones le apuesta al desarrollo o fortalecimiento de la IE, para el bienestar en las diversas esferas del sujeto. En segundo lugar, se entiende que cada uno de los autores afirma que para manifestar ciertas habilidades interpersonales e intrapersonales primero deben alcanzarse parámetros de autodominio para que, en su desarrollo, las personas adquieran habilidades de autogobierno y empatía, mismas que posibiliten la capacidad de relación con los demás de una manera más madura, es decir, educar los sentimientos, para que las emociones se conviertan al mismo tiempo en el medio y el mensaje. La investigación documental permitió llegar a una tercera postura, entender que, en la última década, la IE se ha convertido en un tema esencial en ámbitos tan diversos como la educación, la administración y la salud, entre otros. Es decir, los últimos estudios realizados en diversas áreas han hecho visible que los psiquiatras, ingenieros, docentes, asistentes sociales, relacionistas y la humanidad en general requiere el desarrollo y/o fortalecimiento de la IE. Sin embargo, sería interesante que las futuras investigaciones se encaminen con mayor precisión a establecer el vínculo entre inclusión y la IE, así como a precisar la metodología que se debe emplear para desarrollarla. La educación en valores, el conocimiento de las emociones y el bienestar serán aspectos claves para un desarrollo integral; éstas podrán ayudar a la sociedad (estudiantes) a enfrentarse adecuadamente a este mundo; asimismo es importante reconocer que las investigaciones retomadas establecieron correlaciones entre la IE y sus diferentes áreas, evaluado a través de diversos instrumentos, los cuales deben ser detallados. De manera general, la inteligencia ha ido cambiando su construcción conceptual de acuerdo con la época y el contexto; la producción científica en el campo de la IEha ido creciendo progresivamente, ampliando sus áreas de investigación y aplicación. La mayoría de las investigaciones sobre la IE se encuentran principalmente en el campo de la educación y la salud, por lo que es necesario e indispensable incrementar la investigación en otros campos, sobre todo en temas relacionas con la inclusión. El presente es en realidad una provocación para seguir indagando sobre ello.

CONCLUSIONES

Es importante y necesario poner en marcha una transformación, que permita evitar la discriminación, la desigualdad, la inequidad, la exclusión y que dé paso a aprender y enseñar el valor de las diferencias como una fuente de enriquecimiento social; se debe partir, por supuesto, de la educación, pero poniendo más ahínco en propuestas inclusivas. De esta manera, las instituciones educativas deben atender a la diversidad, formando seres humanos capaces de integrarse en todas las esferas (social, cultural, política, etc.) que les permitan, de manera eficiente, afrontar las demandas de la inclusión; no basta con que exista una infinidad de propuestas, éstas carecen de sentido si realmente la sociedad no se adelanta, interesa o prepara para estos cambios sumamente necesarios y pertinentes. Romper con concepciones sociales tan arraigadas y direccionadas a la discriminación; se necesita ver a la inclusión como un cambio; entonces, dejar de excluir no solo requiere de formar al sujeto que aprende, sino también dotarlo de valores e ideas que le permitan tener una actitud de vida distinta a la que actualmente existe ante las diferencias. La IE es la estrategia básica e indispensable para combatir esta y otras problemáticas, ya que, repercute en todos los ámbitos de la vida del individuo; ahí radica la importancia y la necesidad de incorporarla en los ámbitos educativos, lo que hace necesario un cambio de modelo. La IEdesarrollada en el ser humano facilita la adaptación exitosa al entorno y el desarrollo de interacciones sociales más ajustadas, que permitirán prevenir las grandes y diversas problemáticas de exclusión a las que se enfrentan la sociedad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Blanes, C., Gisbert, R., & Díaz, P. (2014). La importancia de las competencias emocionales en la gestión de unidades organizativas. Empresa. Vol. 3(1), 42-61.

Bisquerra, R., (2009). Psicopedagogía de las emociones. Barcelona: Editorial Síntesis.

Casas, M. (2010). Sociedad de la Información o sociedad del Conocimiento. Virtualis, Vol. 1, 22-43.

Campos, V. (2012).Análisis del Discurso y Psicología: A veinte años de la revolución discursiva. Revista de Psicología 2012. Vol. 21(1), 185-208.

Collado, J. (2016). Educación emocional: retos para alcanzar un desarrollo sostenible. Revista arbitrada del centro de investigación y estudios gerenciales (barquisimeto-Venezuela). Vol. 0(26), 27-46.

Fernández., M. (2013). La inteligencia emocional. Revista claseshistoria. Publicación digital de ciencias e historia. Vol. 0(377), 1-12.

Flores, M. (2016). La globalización como fenómeno político, económico y social. Revista Científica Ciencias Humana. Vol. 12(34), 26-41.

Furstenberg, C. (2015). La empatía a la luz de la fenomenología: perspectivas en el contexto del cuidado.  Revista Latinoamericana de Bioética. Vol. 2(29), 26-41.

García, J. (2012) La educación emocional, su importancia en el proceso de aprendizaje. Revista Educación. Vol. 36(1), 97-109.

Garcés, L., & Giraldo, C. (2014). Virtudes éticas en Aristóteles: razón de los deseos y sus acciones para lograrlas. Revista Virtual universidad Católica del Norte. Vol. 0(41), 70-78.

Insulza, J. (2015). Desigualdad e Inclusión Social en las Américas. (2ª ed.). América: OEA.

López, S., Revuelta, P. (2014).  Nuevas formas de exclusión social: Una aproximación analítico-comprensiva.  Educación y Futuro. Vol.30, 61-80.

Luzuriaga, R. (2015).  Inteligencia emocional y competencias emocionales en educación superior, ¿un mismo concepto? Revista Iberoamericana de Educación Superior. Vol. 6(16), 110-125.

Macazaga, A., Vaquero, A., & Gómez, A. (2013).El registro de la emoción en el cuerpo, autoconocimiento y formación del profesorado. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado. Vol.16(2), 35-145.

Mascareño, A., Carvajal, F. (2015). Los distintos rostros de la inclusión y la exclusión. Revista Cepal. Vol.116, 1-16.

Moreno, H., & Velázquez, R. (2012).La sociedad del conocimiento: inclusión o exclusión. Educación. Vol.36(2), 1-24.

Nadal, B. (2015). Las inteligencias múltiples como una estrategia didáctica para atender a la diversidad y aprovechar el potencial de todos los alumnos. Revista nacional e internacional de educación inclusiva. Vol. 8(3), 121-136.

Naranjo, M. (2009). Motivación: perspectivas teóricas y algunas consideraciones de su importancia en el ámbito educativo. Educación. Vol. 33(2), 153-170.

Ochoa, L. (2010). Exclusión social y muerte súbita cardiaca. Revista Cubana de Salud Pública. Vol. 36(3), 266-270.

Paredes, S., & Díaz, D. (2016). Prácticas inclusivas e inteligencia emocional en estudiantes del 9º grado de instituciones educativas de gestión oficial, en la zona Capital y Central. ACADEMO Revista de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades. Vol. 3(2), 1-19.

Pescador, B. (2014). ¿Hacia una sociedad del conocimiento? Revista Med. Vol. 22(2), 6-7.

Pierdant, A., Rodríguez, J., & Narro, A. (2016). 5 Congreso Nacional de Ciencias Sociales. La agenda Emergente de las Ciencias Sociales.

Pittaluga, C. (2012).  La Inteligencia emocional en las escuelas de gerencia. Debates IESA, Vol. 17(4), pp.1-5.

Pérez, Y. & Guerra, V. (2014). La regulación emocional y su implicación en la salud del adolescente. Revista cubana, Vol. 86(3), 368 – 375.

Pérez, R., Mercado, P., Martínez, M., & Mena, E. (2018). La sociedad del conocimiento y la sociedad de la información como la piedra angular en la innovación tecnológica educativa.  Revista Iberoamericana para la Investigación y el Desarrollo Educativo. Vol. 8(16),  2-24.

Prevosti, A. (2014). El autoconocimiento del yo según Santo Tomás. Cuadernos del Instituto Filosófico de Balmesiana, vol.63(1489), pp.381-402. Recuperado de: https://bit.ly/2IgM3eg

Sánchez, M. (2015). La formación de valores en los educandos. Cumbres Revista Científica, Vol. 1(2), 38-43.

Suárez, I., & Mendoza, B (2008). Desarrollo de la Inteligencia Emocional y de la Capacidad para establecer relaciones interpersonales e intrapersonales. Laurus, Vol. 14(27), 76-95.

Tobón, S. (2015). Evaluación de las competencias en la educación básica (2ª ed.). México: Santillana.

Triana, L., & Forero, L. (2013). La Inteligencia social: Una aproximación desde la gestión de la organización. Dialéctica, Nueva Época. Vol. 10(20), 19-34.

Zavala, A., Valdez, Ma. D., & Vargas Ma. C. (2008). Inteligencia emocional y habilidades sociales en adolescentes con alta aceptación social. Revista Electrónica de Investigación Psicoeducativa. Vol. 6(2), 319- 338.

Datos del (los) autor (es)

1Doctora en Ciencias de la Educación, Doctorante del programa Socioformación y Sociedad del Conocimiento, Jefa de Posgrado de la Escuela Normal Superior de México (ENSM), Perfil PROMEP, Docente Investigadora Titular “B” de la ENSM (en programas de Licenciatura y Posgrado), adscrita al Cuerpo Académico La Formación Docente para la Educación intercultural. Orcid: http://orcid.org/0000-0002-7982-9588

2Doctor por la Universidad Complutense de Madrid en Modelos Educativos y Políticas Culturales. Globalización e Identidad en la Sociedad del Conocimiento, con calificación Cum Lauden Por Unanimidad. Es integrante del Sistema Nacional de Investigadores de México (SNI) y miembro del Consejo Consultivo del CONOCER en México. Actualmente es investigador del Centro Universitario CIFE. Orcid: http://orcid.org/0000-0001-5543-9131

Recibido: 12 de junio de 2019
Evaluado:22 de julio de 2019
Aceptado para su publicación: 20 se septiembre de 2019