Vol.1 Nro. 37 (2017) enero–marzo págs. [47-61] http://atenas.mes.edu.cu

Didáctica de la literatura para docentes en formación. Diez poemas de escritores mexicanos contemporáneos

Teaching literature to teacher in training. Ten poems by contemporary Mexican writers

Nayla Jimena Turrubiartes Cerino 1
nturrubiartes@beceneslp.edu.mx
Jesús Alberto Leyva Ortiz 2
aleyvao@hotmail.com

RESUMEN:

Damos a conocer la experiencia pedagógica que plantea un proyecto para la elaboración de material didáctico para los docentes en formación, adecuado a las nuevas necesidades de aprendizaje de la poesía, así plantearse el objetivo de habilitar la comprensión de textos poéticos, delimitado a lo escrito después del año de 1950 en México. Dirigido a normalistas de licenciaturas en preescolar, primaria y secundaria con especialidad en español. La metodología se centra en tres aristas: la histórica, analítica y formativa. Promoveremos la lectura y escritura de poesía con una selección de poemas que impactarán en una cultura de aprecio literario.

ABSTRACT:

We will present the pedagogical experience posed by a project for the development of teaching material for teachers in training, adapted for the new learning needs of poetry, taking into consideration the purpose of enabling the understanding of poetic texts, limited to texts written after 1950 in Mexico. It is aimed at Normalist students in the following degrees: Preschool, Elementary and Junior Highschool who are specializing in Spanish. The methodology focuses on three key areas: the historical, analytical and training in poetry. We promote the reading and writing of poetry with a selection of poems that will impact the culture of literary appreciation.

Palabras clave: estudiantes normalistas, textos literarios contemporáneos, poesía mexicana.

Keywords: Teacher trainees, Contemporary literary texts, Mexican poetry.

INTRODUCCIÓN

Desde la aparición de los planes y programas normalistas de las licenciaturas en educación preescolar y primaria en su versión 2012 y los planes y programas de educación básica en su versión 2011 se generaron cambios en la percepción de la educación, siendo ésta en relación al español, una vía funcional para que las prácticas sociales del lenguaje evolucionen, se desarrollen o fortalezcan en una sociedad que las demanda con mayor ahínco.

Una de las prácticas sociales tiene que ver con la parte artística de la lengua, eso significa que el fenómeno literario, que siempre ha gozado de atención en planes y programas pasados, se renueve de tal forma que no sólo se aprecie a la obra literaria en un marco histórico y estético, sino que trascienda en el individuo de tal forma que le permita producir, usarla como un medio de expresión de ideas, sentimientos y emociones. Esta tendencia comienza con la licenciatura de español en el 2011, pero recién se incorpora en la licenciatura de preescolar y primaria para el año 2012, hecho que modifica la currícula incluyendo a la literatura como parte del proceso de formación docente.

Emprender una investigación que genere material útil y didáctico para los estudiantes normalistas, capaz de adecuarse a las nuevas necesidades de aprendizaje del género literario, esto es habilitar a los docentes en formación en la comprensión de textos, a través del análisis de historias y poemas cercanos a su época. Confiar en el análisis de este tipo de textos implica profundizar en la obra, porque ésta pertenece a un contexto socio histórico específico, a una visión del mundo contemporáneo, a una forma de expresión cultural, y a una herramienta didáctica a la que los estudiantes pueden recurrir para promover el interés por la literatura en sus prácticas.

Si bien es cierto, nuestro esfuerzo no es exhaustivo, porque la literatura es muy amplia, hemos delimitado su estudio a lo escrito después de 1950 en México en la creencia de que los textos contemporáneos pueden dotar a los lectores y escritores neófitos de un corpus de estudio más afable y, también hemos decidido empezar por la poesía, puesto que nuestro país carece de lectores de este género, situación que nos hace pensar que es ahí donde debemos empezar.

A partir de las actuales generaciones de estudiantes normalistas, en especial aquellos del plan de estudios 2012 en adelante se ha observado la falta de apreciación, reflexión y profundización de textos literarios por parte de los estudiantes normalistas de la licenciatura en educación secundaria con especialidad en español y las licenciaturas en educación preescolar y educación primaria del plan de estudios 2012.

Uno de los principales problemas que enfrenta el Sistema Educativo Nacional es el incumplimiento de objetivos en el proceso de formación de los estudiantes y que se refleja en todos los niveles educativos del sistema; en donde se observa altos índices de reprobación, escasas prácticas de lectura y escritura, bajo rendimiento académico, deserción escolar y en casos extremos analfabetismo.

Estos factores no son una nueva problemática, sino que han sido objeto de un profundo debate por parte del Gobierno de la República en un esfuerzo conjunto con los actores de la comunidad educativa en general, a pesar de estos esfuerzos dista mucho de estar resuelto.

Es largo el camino que falta por recorrer para combatir el analfabetismo en México, el desinterés por el lenguaje escrito y las escasas prácticas de lectura y escritura en el país; se requieren de esfuerzos éticos, profesionales y económicos, sin embargo como docentes también habríamos de reconocer nuestro papel, participando de manera decidida y responsable como profesionales de la educación, potenciar el gusto e interés por la lectura y la escritura en los alumnos para contribuir con los objetivos descritos anteriormente.

Es probable que algunas de las causas por las cuales se originan el desinterés por las prácticas efectivas de lectura y escritura sea la inadecuada formación que se recibe desde los primeros años de edad escolar, ya que los alumnos de niveles posteriores carecen o no han desarrollado acertadamente habilidades cognitivas esenciales como las comunicativas: hablar, leer, escuchar y escribir.

En los últimos años, en nuestro país se ha hecho un esfuerzo importante por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para erradicar los problemas de lectura y escritura a los que se enfrentan los mexicanos, dichos esfuerzos van desde las bibliotecas de actualización para maestros, materiales de apoyo para los niveles de educación básica y normal, bibliotecas de rincones de lectura y programas de fomento a la lectura, sin embargo los jóvenes y adultos no hacen uso de la lectura y la escritura.

La Encuesta nacional de lectura efectuada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes: Conaculta, en el 2010 ofrece una visión panorámica de los patrones que los mexicanos seguimos para acercarnos al lenguaje escrito. Dichos patrones varían según la edad, la escolaridad, el nivel socioeconómico y el tipo de localidad en que vivimos. A continuación, se presentan algunos de los principales resultados:

Puesto que la formación en el lenguaje escrito es un proceso multifactorial, si se quiere ampliar el número de lectores y escritores para mejorar su capacidad en este campo, es necesario actuar desde diferentes ámbitos, incluyendo con mayor influencia los directamente involucrados en la educación. Con estos resultados no quiere decir que el problema principal sea el que los mexicanos no sepan leer o escribir, sino más bien la escasa práctica del lenguaje escrito, es decir no poseer el hábito, el gusto y mucho menos el placer por la lectura y la escritura.

Otro problema que aqueja a la par de éste es la simulación lectora: el encontrase con alumnos que no comprenden lo que leen en cualquier grado escolar no es nada fuera de lo común, sin embargo, este problema no es de uno o dos años atrás, al contrario, el problema radica desde el preescolar afianzándose en cada uno de los grados escolares posteriores.

Entre las estrategias realizadas por el Sistema Educativo Nacional para garantizar mejores resultados en el rubro de educación, se puede mencionar un mayor gasto público, lo que se ve reflejado en una cobertura más amplia en la educación básica, contemplando la obligatoriedad del nivel preescolar, el cual cumple una función democratizadora (al igual que los niveles posteriores que conforman a la educación básica y cuyo sustento se define en el Artículo Tercero de la Carta Magna) como un espacio educativo que se encargará de potenciar y fortalecer las capacidades y competencias de los niños, respondiendo al desarrollo de competencias establecidas en cada campo formativo, teniendo siempre presente que preparar a los niños para afrontar desafíos del futuro sigue siendo uno de los principales retos para la educación preescolar.

La Secretaría de Educación Pública continúa con su labor de promover una cultura de aprecio a la lectura y a la escritura, que redunde en una educación de calidad para todos, a través de diversos proyectos y acciones como es el Programa Nacional de Lecto - Escritura (PRONALEES), los Rincones de Lectura (RILEC) y el Programa de Fomento a la Lectura y la Escritura (FOLEES); el más reciente es el Programa Nacional de Lectura (PNL) que fusiona los tres anteriores.

La SEP, enfatiza que es prioritario impulsar la adquisición y el desarrollo pleno de las competencias comunicativas —hablar, escuchar, leer, escribir— y, en particular, fortalecer los hábitos y capacidades lectoras de los alumnos y maestros, con el objetivo de garantizar las condiciones de uso y producción cotidiana de materiales escritos en el marco de los proyectos de enseñanza y aprendizaje para hacer posible la formación de lectores y escritores autónomos.

Observamos, de acuerdo a lo señalado en los párrafos anteriores, que entre otros factores, aquel trascendente es el hecho de necesitar o aspirar de profesionales de la educación que lean, lectores que enseñen a futuros lectores; es decir, “El proceso es cíclico, si el mediador no vivencia la práctica de lecturas literarias, él se queda imposibilitado de ofrecer clases dinámicas, que den la oportunidad al conocimiento de diferentes textos y de diferentes grados de dificultad.” (Santos, 2012, Pág.3)

Los propósitos que se establecen en los programas de estudio para la Educación Básica en México 2011, constituyen el principal componente de articulación entre los tres niveles y se relacionan con sus rasgos del perfil de egreso, los cuales son la base para definir las competencias a favorecer en los niños y adolescentes donde se espera que gradualmente:

Adquieran confianza para expresarse, dialogar y conversar en su lengua materna; mejoren su capacidad de escucha, y enriquezcan su lenguaje oral al comunicarse en situaciones variadas.

Desarrollen interés y gusto por la lectura, usen diversos tipos de texto y sepan para qué sirven; se inicien en la práctica de la escritura al expresar gráficamente las ideas que quieren comunicar y reconozcan algunas propiedades del sistema de escritura. (SEP, 2011, Pág.17)

Atendiendo a los propósitos anteriores, el programa también señala cuál será el papel de la educadora, el profesor de primaria y secundaria como promotores de aprendizajes a través de fomentar y mantener en los niños y adolescentes el deseo de conocer, el interés y la motivación por aprender.

Si bien los docentes no son los únicos responsables de fomentar el gusto e interés la lectura y escritura en la escuela, sí son un actor fundamental de este proceso; las limitaciones tanto sociales, culturales y profesionales pueden ser superadas si desde edades tempranas se fomentan actitudes positivas para la promoción del lenguaje escrito.

En el marco normativo de la Reforma Integral de la Educación Básica 2011, los estándares curriculares del español proponen una línea formativa que va desde el preescolar, primaria y secundaria que atiende además del lenguaje y la comunicación el gusto e interés por la literatura.

La parte artística de la lengua requiere mayor profundización del género poético y consideramos que el contexto mexicano y contemporáneo de éste puede ser el puente más inmediato para atender la disposición en los planes y programas vigentes.

El docente en formación necesita elementos para comprender el fenómeno artístico de la poesía para ello, habrá que dedicar estudios e investigaciones serias que permitan acercarse a su comprensión y aprecio.

En la reforma curricular 2012, las licenciaturas de preescolar y primaria incorporan el estudio formal de la literatura como asignaturas del plan de estudios con miras a que el estudiante normalista aprecie y produzca los textos literarios, tanto narrativos como poéticos y, en secundaria con especialidad en español, este mismo propósito se enfatiza.

Al final de cuentas todo apunta a la formación y en nuestro caso particular a la literatura, lo explicita Colomé de este modo:

La formación literaria se concibe como un proceso que parte de incorporar la lectura de la literatura a la actividad y la comunicación en el modo de actuación profesional pedagógico en la que se articulan diversos saberes que implican la relación del lector con el texto literario que van desde el conocimiento de las obras y sus autores hasta propiciar la adquisición de hábitos lectores y de actitudes de apreciación y valoración de propiciar la adquisición de hábitos lectores y de actitudes de apreciación y valoración de la creación literaria. (Colomé, 2015, Pág.84)

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DESARROLLO

¿Qué debemos hacer frente al cambio curricular de las licenciaturas de educación preescolar y primaria?

Diseñar un proyecto que impacte en las habilidades lectoras de los futuros docentes, pero bajo una propuesta sustentada en un marco teórico de referencia, así determinamos que debería tener un carácter hermenéutico en el contenido, basado en la teoría de Hans George Gadamer (Gadamer, 1999) y, en la forma, un matiz estructural y retórico poético fundamentado en la propuesta de Helena Beristáin (Beristáin, 1997).

Sobre el análisis hermenéutico se puede mencionar que la interpretación de un texto implica, en primera instancia, acercarse a su tema con conceptos o ideas previas sobre él. Es fundamental preguntarse qué se sabe al respecto. Sin embargo, este tipo de estudio conlleva igualmente una anticipación al texto para luego abrirse a su contenido, plantearse ideas y posteriormente saber si éstas tienen certeza o son pertinentes, porque puede suceder que los planteamientos sean erróneos. Gadamer señala al respecto: “Son los prejuicios no percibidos los que con su dominio nos vuelven sordos hacia la cosa de que nos habla la tradición.” (Gadamer, 1999, Pág. 336). La idea previa es un “prejuicio” que se enfrentará, cara a cara, al texto. Se trata de una situación que pone al intérprete en confrontación directa con la objetividad de la obra.

¿Qué se necesita para plantear prejuicios acerca de un texto? En principio “nada”, puesto que todos formamos parte de una tradición y, en el mismo sentido, nos identificamos dentro de una cultura específica. Tenemos un conjunto heredado de creencias, formas de hacer y pensar traducidos en condicionamientos conscientes o inconscientes. Todo ello representa así el conjunto de ideas previas con las que nos enfrentamos a “la cosa” del texto como la llama el teórico: “Por eso los prejuicios de un individuo son, mucho más que sus juicios, la realidad histórica de su ser”. (Gadamer, 1999, Pág. 344).

Otra respuesta es basarse en la hermenéutica. Interpretar significa comprender un texto y para hacerlo con éxito se necesitan líneas racionales bien definidas. La hermenéutica, acercándose a lo que dice Gadamer, intenta usar correctamente esas líneas argumentativas para entender la tradición y, al mismo tiempo, comprender lo que se conserva a pesar de los cambios históricos. Lo clásico es un ejemplo de ello, pues se mantiene “frente a la crítica histórica”.(Gadamer, 1999, Pág. 356). Mediante la hermenéutica se busca que cada texto sea comprensible desde sí mismo y lo mínimo requerido es que quien intenta interpretar tenga relación con el tema a través de la pregunta, porque “todo prejuicio, tiene la estructura lógica de la pregunta”. (Gadamer, 1999, Pág. 369).

Se trata de buscar, con ayuda de la hermenéutica, el proyecto correcto o pertinente de entendimiento sobre el texto estudiado, basado en la tradición, pero que permita también ver más allá de su presente, de lo que ya se sabe, a lo que Gadamer lo define como “el horizonte”: esa posibilidad de unir lo nuevo con lo viejo, de hacer evidente la tensión entre estos dos conceptos implícitos en el devenir histórico. “El horizonte” puede ayudar al esclarecimiento de la visión que tiene el autor de su mundo e incluso permite develar los prejuicios de éste acerca de un tema en especial.

A través del lenguaje, plantea el teórico, se logra el acuerdo entre el intérprete y “la cosa” del texto. En ello radica el problema hermenéutico: alcanzar los puntos de convergencia, de común acuerdo, entre texto e intérprete, puesto que el primero dice algo acerca de un tema, pero es el segundo quien lo encuentra. El lenguaje es un puente entre ambos y, al mismo tiempo, representa el medio comunicante que conduce a la comprensión; sin embargo, es la habilidad de quien se aproxima al texto la que posibilita la interpretación. Ésta tiene que dialogar con el texto, apropiarse de él, comprenderlo, porque “comprender implica siempre interpretar”.(Gadamer, 1999, Pág. 479).

La poesía como obra de arte dice algo y su lenguaje supera lo expresado, es decir, va más a la esencia del lenguaje mismo, pues debe leerse entre líneas, mediante una lectura simbólica y altamente subjetiva. Al respecto, Gadamer señala: “Tan lejos está el lenguaje de ser una mera explicitación y acreditación de nuestros prejuicios, que más bien los pone a prueba”.(Gadamer, 1999, Pág. 324). Es por ello que a la hermenéutica le interesa comprender al texto.

Cuando la hermenéutica se enfrenta a un texto literario que, según el teórico, ostenta una autenticidad propia, encuentra que la sonoridad y el discurso están unidos con la comunicación del sentido; por tanto, “lo literario supera la abstracción de lo escrito”.(Gadamer, 1999, Pág. 340).Y de ahí la importancia de que la literatura deba leerse en el idioma original. El texto literario, a diferencia de otros, se ve acompañado por el intérprete, quien participa constantemente con él y no lo hace con la esperanza de entender bajo el concepto de objetividad, sino más bien con la intención de que el acompañamiento se convierta en un acto de correspondencia entre lenguaje y escritura. “El discurso poético… no existe si no es comprendido”.(Gadamer, 1999, Pág. 343).

Frente a lo literario, la línea hermenéutica asume el papel de construir algo que no está, es decir, intenta interpretar un texto que tiene su propio valor y que abre sus posibilidades en las relaciones de sentido y sonido. El intérprete nos ofrece posibilidades de acercamiento y mientras mejor domine el lenguaje original del discurso, gozará de la capacidad de percibir lo inadvertido y de hacer hablar al texto.

El análisis estructural del poema es una herramienta de apoyo para analizar la forma para la totalidad de los poemas, considerando los cuatro niveles de la propuesta de Beristáin: fonológico, sintáctico, semiológico y lógico (Beristáin, 1997).

¿Qué marco interpretativo, métodos y análisis seguir?

La metodología está centrada en tres aristas: a) histórica, b) analítica y c) formativa. La primera de ellas, compuesta por las fases de recopilación, heurística y síntesis, implica la búsqueda de las fuentes documentales disponibles, así como de todos los materiales bibliográficos y hemerográficos en orden cronológico: 1) el Contexto Biográfico del poeta, 2) el Contexto Social e histórico de la obra de cada poeta y del poema seleccionado, y 3) La relación de los contextos anteriores con el poema.

La segunda metodología está centrada exclusivamente al discurso del poema, lo que señala o dice el texto, todo ello implica el análisis hermenéutico y estilístico enfocado al descubrimiento del contenido, de la propuesta de la idea, sentimientos y emociones, la visión del mundo que el autor tiene.

La tercera metodología está enfocada a la formación, es encontrar de las fases anteriores, la histórica y el análisis aquello relevante y significativo resaltar para los estudiantes de primaria, preescolar y secundaria en el área de español que sume en su preparación, en la apreciación literaria, en la concienciación del fenómeno estético y el contenido ideológico de la poesía.

¿Cómo plantear la poesía bajo las tres aristas?

Hemos elegido diez poemas de diez autores mexicanos contemporáneos, la selección muestra nuestro horizonte, usando el término de Gadamer, como lectores de poesía, ¿qué podría ser cercano a los estudiantes sino la visión de lo poético que poseemos sus maestros?, ¿dónde buscar caminos de lectura sino en uno mismo? Elegir compromete a enseñar, a adueñarse del contenido de los versos para compartir lo leído.

Los escritores y los poemas elegidos son José Emilio Pacheco (2005), Homenaje a la cursilería, Eduardo Lizalde (2007), Que tanto y tanto amor se pudra, oh dioses, Alí Chumacero (1998), Poema de amorosa raíz, Gabriel Zaid (1998), Elogio de lo mismo, Rubén Bonifaz Nuño (1979), Centímetro a centímetro, David Huerta (1997), Plegaria, Ramón Xirau (2007), Fresas, Francisco Hernández (1996), Hasta que el verso quede, Homero Aridjis (2011), A veces uno toca un cuerpo y lo despierta, Coral Bracho (2003), Sobre el amor.

La selección en su arbitrario carácter revela mundos cercanos a las realidades de los docentes en formación, no sólo por la universalidad temática, sino por la visión del autor que reta a mirar desde distintas perspectivas una misma realidad, compromete a los lectores a leer con cuidado entre los versos para descubrir aquello que en potencia pueda ser usado en su vida y en el aula.

Para que los temas de los poemas causen interés y resulte empático con la realidad de los estudiantes se proponen una serie de actividades con los alumnos para interpretar la intención del mismo, con el fin de hacer posible la identificación y construcción de sentido y que se le asigne un significado personal. Cada significado será distinto, según la interpretación que los estudiantes le atribuyan, no se trata de entender el poema completo y llegar a la interpretación de cada una de las imágenes, sin que “se contagien del sentimiento, les llegue la sonoridad de las palabras, el ritmo de su lenguaje, la recepción del texto poético depende de la implicación en la realidad comunicada” (Barrientos, 1999, Pág.21)

Exponemos, cercanos a la culminación de este artículo, acaso la síntesis de lo que sugerimos se haga para trabajar el texto poético en el aula, no ya como una receta de cocina, sino una suma de voluntades a favor de la comprensión, en el entendido que sólo enlistamos y no mostramos el contenido entero, primero por la brevedad del texto y segundo porque la finalidad es la difusión de lo que hemos realizado no el material en sí mismo; sin embargo el esbozo puede dar una idea amplia de las pretensiones y los alcances que deseamos alcanzar.

Después viene la práctica, la frecuentación, el ejercicio; todo esto con la conciencia de que leer significa no repetir palabras, sino atribuir sentidos y significados. Y que alguien, o algo, nos ayuden a obtener conclusiones, a poner en tela de juicio lo que dice el autor, a disentir con él o a respaldarlo con nuevas razones. Porque estas son las estrategias de la comprensión. (Garrido, 2014, Pág.168)

Sobre el poema José Emilio Pacheco, Homenaje a la cursilería:

  1. Leer la obra poética de Adolfo Bécquer, “Volverán las oscuras golondrinas”, con la intención de dialogar sobre ¿por qué José Emilio Pacheco menciona a las golondrinas en su poema?, y ¿qué relación encuentran entre ambos poemas?
  2. Localizar títulos de canciones, películas, revistas, publicidad que nos hagan recordar situaciones personales que se consideren cursis. Después de reunir el material, se exponen puntos de vista al respecto, se contrastan y se observan los diferentes significantes de lo “cursi” y los posibles significados de cada uno.
  3. Enlistar las cursilerías que harían para no olvidar. El autor del poema menciona que para burlar al olvido ha decidido recoger piedrecillas de un río sagrado, guardar violetas en los libros hasta que amarillen y besar muchas veces y en secreto en el último día, ¿cuáles proponen los estudiantes? Una vez enlistadas las acciones se comparan entre pares para buscar semejanzas y diferencias con las del poema.
  4. Lee otra vez el poema con atención y enlista las acciones contrarias a lo “cursi”, es decir, qué harías para olvidar, sugiere al menos tres opuestas a las que contiene el poema.
  5. Comentar las apreciaciones finales acerca del poema, culminando con una imagen y una palabra que encierre lo que piensan del mismo.

Pensar en la consecución de las actividades anteriores implica pensar en divertirse, cuánto más creativo se vuelve el reto de resolver el ejercicio, más interesantes las aportaciones. Pensar en los versos del poema no tiene que ser un trabajo serio, a veces lo didáctico complementa el esfuerzo del análisis haciéndolo lúdico.

CONCLUSIONES

Las prácticas que proponemos no son limitativas, confiamos en la maleabilidad didáctica para enriquecer este trabajo, así como en la capacidad de esta propuesta para acercar a los estudiantes normalistas a la cultura por medio del aprecio y fomento de la literatura.

Atender a los enfoques curriculares del español en educación básica de la reforma curricular 2011, es una obligación que demanda además de la apreciación también una buena dosis de creatividad, de tal modo que, si no somos capaces de sugerir formas de mejorar nuestro proceso de enseñanza, estamos condenados a repetir los esquemas que terminan con una cultura de la no lectura y la no escritura.

Leer es la meta para con nuestros estudiantes normalistas, pero leer literatura desde lo que somos implica acercamientos significativos con los textos, ser partícipes de la lectura, comprometernos a entender sus contenidos, transitar los caminos posibles en compañía de otros lectores, luego escribir, llegar a la escritura como medio de comprensión lectora y con finalidad creativa.

Finalmente, los beneficiados de esta propuesta didáctica serán los alumnos de preescolar, primaria y secundaria que serán atendidos por los estudiantes normalistas como futuros docentes con una perspectiva amplia del fenómeno literario, pero principalmente sensibles al texto artístico. La infancia mexicana necesita páramos para pensar, para darse un tiempo de aprecio cultural, para encontrar espacios para identificarse y definirse frente a un mundo de contrastes.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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