Revista Atenas. ISSN: 1682-2749. Nro. 63 (2025) enero-diciembre págs.[1 - 13] https://atenas.umcc.cu
La formación de la competencia intervención comunitaria en la carrera Gestión Sociocultural para el Desarrollo
The formation of community intervention competence in the Sociocultural Management for Development career
A formação da competência intervenção comunitária na carreira de Gestão Sociocultural para Desenvolvimento
Artículo de investigación
Recibido: 18/11/2024 Evaluado: 06/12/2024 Aceptado: 05/01/2025
Yoanis Almeida Roldán
Universidad de Matanzas, Cuba
https://orcid.org/0000-0002-6106-3377
almeidaroldanyoanis@gmail.com
Rosa Elvira Alfonso Ramos
Universidad de Matanzas, Cuba
https://orcid.org/0000-0002-5274-3709
rearamos1970@gmail.com
Yinela Castillo Lozano
Universidad de Matanzas, Cuba
https://orcid.org/0000-0003-2780-8299
yinela.castillo@umcc.cu
Gerardo Antonio Mier Daubar
Universidad de Matanzas, Cuba
https://orcid.org/0000-0003-3669-9055
gerardo.mier@umcc.cu
¿Cómo citar el artículo?
Almeida-Roldán, Y., Alfonso-Ramos, R. E., Castillo-Lozano, Y. & Mier-Daubar, G. A. (2025). La formación de la competencia intervención comunitaria en la carrera Gestión Sociocultural para el Desarrollo. Atenas, nro. 63, e11105, 1-13.
Resumen
El presente artículo tiene como objetivo determinar la formación de la competencia intervención comunitaria en la carrera Gestión Sociocultural para el Desarrollo, de la Universidad de Matanzas. Se empleó un enfoque mixto, con predominio de métodos cualitativos que se complementaron con métodos cuantitativos. Del nivel teórico y empírico fueron utilizados: la revisión de documentos, entrevistas a los directivos de la Facultad Ciencias Sociales y Humanidades y cuestionarios a los estudiantes de la carrera antes mencionada; para el análisis descriptivo en el procesamiento de los resultados, los métodos estadísticos. Las dimensiones que conformaron la mencionada competencia, son cognoscitiva, afectiva y comportamental, que implicaron la integración de conocimientos, habilidades, actitudes y valores en los estudiantes, facilitan diagnosticar, planificar, ejecutar y evaluar la intervención comunitaria, en la solución de problemas para la transformación social en una práctica concreta. La formación de esta competencia profesional transcurre desde el inicio de la carrera hasta su consolidación en el avance de años académicos posteriores. Se considera que este proceso requiere de una atención priorizada, en aras de lograr un profesional con la competencia intervención comunitaria formada, que le permita la transformación social de los espacios comunitarios.
Palabras clave: formación del profesional, formación por competencia, gestión sociocultural para el desarrollo, intervención comunitaria.
Abstract
The objective of this article is to determine the formation of community intervention competence in the Sociocultural Management for Development degree, at the University of Matanzas. A mixed approach was used, with a predominance of qualitative methods that are complemented by quantitative methods. From the theoretical and empirical level, the following were used: the review of documents, interviews with the directors of the Faculty of Social Sciences and Humanities and questionnaires with the students of the aforementioned career; for descriptive analysis in the processing of results, statistical methods. The dimensions that made up the aforementioned competence are cognitive, affective and behavioral, which involved the integration of knowledge, skills, attitudes and values in the students, which facilitates diagnosing, planning, executing and evaluating community intervention, in solving problems for social transformation into concrete practice. The formation of this professional competence takes place from the beginning of the degree until its consolidation over the course of subsequent academic years. It is considered that this process requires prioritized attention, in order to achieve a professional with trained community intervention competence, which allows the social transformation of community spaces.
Keywords: professional training, competency training, sociocultural management for development, community intervention.
Resumo
O objetivo deste artigo é determinar a formação da competência de intervenção comunitária no curso de Gestão Sociocultural para o Desenvolvimento, da Universidade de Matanzas. Foi utilizada uma abordagem mista, com predominância de métodos qualitativos que foram complementados por métodos quantitativos. Do nível teórico e empírico foram utilizados: a revisão de documentos, entrevistas com os diretores da faculdade de Ciências Sociais e Humanas e questionários com os alunos da referida carreira; para análise descritiva no processamento dos resultados, métodos estatísticos. As dimensões que compõem a referida competência são cognitiva, afetiva e comportamental, o que envolve a integração de conhecimentos, habilidades, atitudes e valores nos alunos, o que facilita diagnosticar, planejar, executar e avaliar a intervenção comunitária, na resolução de problemas de interesse social. transformação em prática concreta. A formação desta competência profissional decorre desde o início do curso até à sua consolidação ao longo dos anos letivos subsequentes. Considera-se que este processo requer atenção priorizada, a fim de alcançar um profissional com competência de intervenção comunitária formada, que permita a transformação social dos espaços comunitários.
Palavras-chave: formação profissional, formação de competências, gestão sociocultural para o desenvolvimento, intervenção comunitária.
Introducción
El Programa de Trabajo Comunitario Integrado de la República de Cuba en 1995, plasmó entre sus proyecciones la comunidad como el escenario de valor estratégico, determinante para el desarrollo social y decisivo en la propia continuidad del proyecto social cubano. El programa de formación en Cuba, del que egresaron los profesionales que debían contribuir a solventar problemáticas sociocomunitarias, se inició en el curso 1998-1999, en la Universidad de Cienfuegos, como Licenciatura en Estudios Socioculturales y a partir de 1999-2000, en otras universidades cubanas. Un análisis profundo se llevó a cabo entre el 2009-2010, para la aprobación del Plan de Estudio “D”, lo que resultó insuficiente para responder a la demanda social (Peñate, 2019).
Fue en el curso 2014-2015 que, con un nuevo perfil y nuevo nombre, se inició en la Universidad de Matanzas, en su tránsito por el Plan de Estudio “E”, la carrera Gestión Sociocultural para el Desarrollo (en lo adelante GSD). Este perfeccionamiento incluyó cambios en el nombre y en el sistema de conocimientos, habilidades e inclusión de otros contenidos (Martínez, 2015). Asumiendo como objetivo fundamental el formar profesionales capaces de identificar, participar, ofrecer soluciones a problemáticas sociales priorizadas de los territorios e integrarse a proyectos de desarrollo local y comunitario.
Desde la perspectiva pedagógica, las prácticas en empresas e instituciones han de ser consideradas como una metodología formativa más dentro de los planes de estudios de la formación profesional. Lo que posibilita afrontar el desarrollo de competencias en los estudiantes de estas disciplinas desde un enfoque más integrador y realista de acuerdo con el contexto socioeducativo y laboral en el que se desarrollan los procesos de enseñanza-aprendizaje y, en consonancia, con los nuevos indicadores y resultados de aprendizaje de estas enseñanzas (Vázquez-Cano et al., 2018).
La formación de competencias exige de los profesores mayor preparación individual de ellos. Además de modificar la metodología y las estrategias de enseñanza-aprendizaje que se muestran actualmente. Asimismo, en correspondencia con la enseñanza deduce cambiar también el sistema de evaluación. Por todo ello, la planificación docente no puede verse afectada para integrar estas nuevas maneras de hacer y evaluar las competencias, pues es una necesidad actualmente para el mercado laboral de formar profesionales competentes y comprometidos con su transformación social. En este nivel educativo algunos estudios corroboran la necesidad, manifestada por la normativa, de generar en el profesorado una conciencia más profunda y actualizada hacia la educación (Almeida et al., 2024).
Para que la formación de competencias tenga lugar, es necesario influir en la mejora y fortalecimiento de las experiencias de prácticas externas en los centros educativos. Estas son herramientas que sitúan al estudiante en la realidad laboral, pues el periodo de prácticas los sensibiliza sobre su papel como agentes para el cambio a través del pensamiento reflexivo puesto en marcha junto a otros agentes socializadores (Jiménez, 2023; Jiménez & Santana, 2024). La academia, por su parte, logra ser una institución esencial para formar generaciones de ciudadanos comprometidos, capaz de convertirse en un instrumento adecuado para realizar una aproximación holística y continuada que eduque para un futuro deseado (Szczepankiewicz et al., 2021) y la formación de este profesorado para la sostenibilidad de la misma, resulta esencial (Blanco-Portela et al., 2020; Collazo-Expósito & Geli, 2022).
Las competencias al integrar conocimientos, habilidades, actitudes y valores perfeccionan los modos de actuación de los gestores socioculturales, lo que se demuestra desde la realización de actividades y en las propuestas de acciones y soluciones a problemáticas de la vida personal, de la comunidad, la sociedad y el contexto laboral. Con ellas se aportan la construcción y transformación de la realidad, para lo cual se desarrollan varios saberes: el saber ser, el saber hacer, el poder y querer hacer y el saber estar y convivir. Estos son elementos que los autores consideran importantes por tener puntos coincidentes con el criterio de Tobón et al. (2015) y su enfoque formativo llamado socio formación.
Por otra parte, en el estudio de la formación de competencias en el contexto cubano, sobresalen los aportes del Centro de Estudios Educacionales de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Enrique José Varona” y el Centro de Estudios para el Perfeccionamiento de la Educación Superior (CEPES) de la Universidad de La Habana. En sus contribuciones a la definición de competencia se destaca la integración de lo cognitivo, afectivo y conductual, aunque prevalece la perspectiva psicológica. Valorando además que la formación integral es el desarrollo de conocimientos, habilidades, motivos y valores en el estudiante universitario que propician, en su unidad, un desempeño profesional eficiente, ético, responsable y de compromiso con la Revolución (Casimiro et al., 2019).
Según estos análisis, debe entenderse al estudiante como sujeto activo y protagonista de su proceso formativo; lo cual implica integrar en el proceso de su formación aquellos conocimientos que le serán necesarios dominar para la vida y que podrán adquirir a través de la docencia que reciben, para ponerlos en función de la investigación y la extensión. Esto a juicio de los autores es lo que debe caracterizar la concepción integral del trabajo educativo en el proceso de formación actualmente.
Para los autores del presente artículo, la CIC no solo conforma una habilidad, pues la misma integra conocimientos, habilidades, actitudes y valores que deben poseer los estudiantes de GSD cuando se insertan en la comunidad para desempeñar con éxito su actividad profesional. La formación de la CIC concibe un cambio de perspectiva en comparación con los modos de actuación del gestor sociocultural, lo que realza la aplicación de los conocimientos y habilidades en primer plano.
Se asume como pauta para el presente artículo lo propuesto por Almeida et al. (2022), quienes analizan la competencia intervención comunitaria en el gestor sociocultural. En Cuba, la competencia intervención comunitaria ha sido abordada por Mejías et al. (2021). Estas autoras develan las relaciones estructurales de la categoría fundamental de investigación y proponen lineamientos transversales a emplear por los profesores en la formación de los profesionales de Sociología.
Otro estudio que sirve como antecedente es el de los autores Gross et al. (2018), Gómez & García (2021) que han estudiado el término competencia interventiva en el profesional de la Psicología. A pesar que, en Cuba, los planes de estudio vigentes (Planes E) no declaran la formación por competencias, los resultados científicos existentes demuestran la necesidad de la formación de profesionales capaces, no solo de resolver con eficiencia los problemas de la práctica pre profesional, sino también lograr un desempeño de calidad.
Los investigadores Machado & Montes de Oca (2021) alertan sobre aspectos importantes a tener en cuenta para diseñar un currículo por competencias en la universidad y refieren que es necesario asociar e integrar la teoría con la práctica. La respuesta se encuentra en visualizar, desde ese documento, nuevas vías para gestionar el proceso de enseñanza-aprendizaje desde metodologías que involucren un sistema de actuación por parte de los estudiantes que se sustente, en primer lugar, en la práctica, muy cercana al contexto profesional que será depositario de su impronta profesional.
En esta investigación se asume la categoría formación, según Horruitiner (2018) “preparar al estudiante íntegramente, desde los espacios fundamentales, con el fin de avivar el compromiso con la sociedad y su transformación” (p. 7). Exige entonces, que los estudiantes se apropien de los contenidos necesarios para el desempeño profesional, desde una visión integradora. Se considera por los autores del artículo que la formación del estudiante de GSD es un proceso permanente, su articulación se manifiesta a través de la integración de la formación, investigación y extensión universitaria, lo que permite el desarrollo de competencias durante su tránsito por la carrera. En la formación se relacionan las características individuales y las cualidades para desempeñar determinadas labores profesionales, mediante las dimensiones instructiva, educativa y desarrolladora.
Los análisis realizados hasta el momento sobre la actuación de los egresados de GSD al intervenir en comunidades, la experiencia docente de los autores y los resultados científicos de autores como: Vázquez-Cano et al., (2018), Erstad et al. (2021) sobre la formación de competencias, permitieron identificar la necesidad de la formación de la competencia intervención comunitaria en la carrera GSD.
Las definiciones propuestas de competencia intervención comunitaria y el enfoque socio formativo, además de los estudios en el ámbito nacional e internacional sobre competencia, organizan un cuerpo teórico para el presente trabajo que sustenta desde un enfoque contextualizado, la formación por competencias en la carrera GSD.
Metodología y métodos
En el estudio, los autores emplearon un enfoque mixto, con predominio de métodos cualitativos que se complementaron con métodos cuantitativos. Las técnicas para la recopilación de información fueron: la revisión de documentos, entrevistas y el cuestionario. Estos posibilitaron, a partir de la triangulación de datos, determinar el estado de formación de la CIC.
La investigación se desarrolló en el programa de formación GSD de la provincia Matanzas. La población estuvo compuesta por 71 estudiantes de la carrera, 15 egresados, 16 profesores, cinco directivos (decana, dos vicedecanas, coordinador de carrera y el jefe del departamento). Se tomaron como muestra 22 estudiantes de los años terminales (4to CD, 5to CPE), 15 egresados, cinco directivos y 16 miembros del claustro que superan 10 años de labor ininterrumpida, en la impartición de asignaturas de la carrera y otras del perfil profesional. Sus criterios permitieron develar el comportamiento histórico de la carrera y las características de los Planes de estudio C, D y E.
Se empleó el método análisis documental con el objetivo de comprobar en los documentos normativos, el tratamiento a la competencia intervención comunitaria en el estudiante de la carrera GSD e identificar los requerimientos para la formación de este profesional. Se empleó la entrevista a los directivos de la Facultad Ciencias Sociales y Humanidades, que posibilitó obtener criterios sobre la formación de la CIC en la carrera GSD. Se le aplicó una entrevista a profesores del claustro que posibilitó un acercamiento a las herramientas teórico-metodológicas de los docentes para conducir el proceso de formación de la CIC. La encuesta a los estudiantes y egresados permitió obtener criterios sobre la formación de la CIC.
El diagnóstico se realizó en la carrera GSD de la Universidad de Matanzas en los cursos 2022-2023. Se tuvieron en cuenta las indicaciones metodológicas del Ministerio de Educación Superior, a partir de la pandemia COVID-19 y las necesidades de ajustes de los cursos por períodos.
Se procedió a la elaboración de las escalas correspondientes para la evaluación: Lograda (5 puntos); Parcialmente lograda (3 puntos) y No lograda (2 puntos).
Forma de evaluar la variable:
Lograda: si están evaluadas las tres dimensiones como logradas o dos logradas y una parcialmente lograda.
Parcialmente lograda: si está evaluada una dimensión de lograda y las dos restantes como parcialmente logradas, o las tres parcialmente logradas.
Las dimensiones e indicadores que sirvieron para evaluar la variable fundamental fueron los siguientes:
Tabla 1. Evaluación de la formación de la competencia intervención comunitaria
Formación de la competencia intervención comunitaria No lograda |
|
Dimensión 1 Cognoscitiva (saber-saber hacer) No lograda |
|
Indicadores |
Valoración |
Dominio del proceso de intervención comunitaria y sus fases |
No lograda |
Dominio de la gestión de proyectos y evaluación de impacto |
No lograda |
Dominio de las metodologías para el trabajo social comunitario |
No lograda |
Dimensión 2 Afectiva (querer hacer-poder hacer) Parcialmente lograda |
|
Manifiesta valores éticos del gestor sociocultural |
Parcialmente lograda |
Revela comportamiento adecuado durante el proceso de intervención comunitaria |
Parcialmente lograda |
Regula su actuación para la transformación en el proceso de intervención comunitaria |
Parcialmente lograda |
Dimensión 3 Comportamental (saber estar-saber convivir) No lograda |
|
Diagnostica la comunidad |
Parcialmente lograda |
Aplica metodologías para el proceso de intervención comunitaria |
No lograda |
Evalúa el proceso de intervención comunitaria |
No lograda |
Fuente: Elaboración de los autores
Una vez concluida la revisión de los documentos rectores de la carrera GSD, las entrevistas a directivos de la Facultad Ciencias Sociales y Humanidades y de la carrera GSD, el cuestionario a profesores, estudiantes y egresados, se procedió a la triangulación de instrumentos y datos, proceso que facilitó el análisis de la información.
Dimensión cognoscitiva
En el Modelo del profesional se comprobó la trascendencia de formar profesionales en correspondencia con las transformaciones del actual modelo económico y social cubano. De ahí que se establezca el trabajo metodológico para el perfeccionamiento de la formación del gestor sociocultural, teniendo como tema central: la formación de competencias profesionales, trabajo comunitario y transformación social.
El análisis de los programas de las disciplinas Metodología social y Gestión sociocultural, correspondientes al Plan de estudio “E” corroboró que, por sus objetivos y contenidos, las asignaturas pueden incluir en el sistema de conocimientos, aspectos relacionados con la formación de la CIC y, por consiguiente, la trasformación social de las comunidades. Las asignaturas que conforman estas disciplinas favorecen los conocimientos prácticos profesionales, en dependencia del año y el semestre. Se aprecia la integración de los contenidos, distribuidos en un porciento presencial de horas y otros de práctica laboral investigativa. Sin embargo, el total de horas dedicadas a la práctica laboral investigativa es insuficiente para la inserción de los estudiantes en las comunidades. En la DPI no se ha logrado concebir los indicadores para medir el impacto social de los proyectos, como parte del proceso de intervención comunitaria en las comunidades, a pesar de incluir una asignatura que se relaciona con la gestión de proyectos y evaluación de impactos.
Valoración de la dimensión cognoscitiva: Los estudiantes no han logrado en sus respuestas dominio de los conocimientos relativos al proceso de intervención comunitaria y sus fases; ni conocen las diversas metodologías para la inserción como gestores en la comunidad. Existe una carencia de los profesores y de los estudiantes de la carrera, en el conocimiento de los indicadores que se utilizan para la gestión de proyectos y evaluación del impacto social. Los datos analizados y los porcientos de respuestas les posibilitaron a los autores considerar que la dimensión cognoscitiva se evalúa como: no lograda.
Dimensión afectiva: En el Modelo del profesional de GSD, se instituye como objeto de trabajo: los procesos de gestión sociocultural dirigidos a acompañar y favorecer, formando parte de los grupos de trabajo multidisciplinarios que se conformen al efecto en cada comunidad o territorio, el desarrollo humano individual y colectivo en el contexto de diversas estrategias, proyectos y acciones de carácter social. Por tal razón, las asignaturas que conforman el currículo de la carrera GSD deberán establecerse de manera tal, que el estudiante transite por las diferentes asignaturas y consolide su formación a través de los procesos sustantivos de la universidad.
Valoración de la dimensión afectiva: Esta dimensión resultó evaluada como: parcialmente lograda. Porque los estudiantes de la carrera no manifiestan en su actuación la formación de los valores fundamentales de la profesión, no se sienten motivados en la mayoría de las ocasiones, por participar en el proceso de intervención comunitaria. Se manifiestan en los estudiantes problemas con su comunicación, y los reflejan en su comportamiento y en su actuación en el proceso de intervención comunitaria. No todos exteriorizan cualidades que define al gestor sociocultural y hay necesidad por parte de los profesores de sistematizar experiencias que permitan fortalecer los valores.
Dimensión comportamental: En esta dimensión se enfatiza en el comportamiento que deben tener los gestores socioculturales en la comunidad. El profesional de GSD manifiesta actitudes para el diagnóstico comunitario, el intercambio con actores sociales, líderes comunitarios y los miembros de la comunidad. En el Modelo del profesional se declaran valores que desde el punto de vista ético o de la dimensión moral de su actividad profesional, deben desarrollarse y manifestarse. Estos son: humanismo, capacidad de acompañamiento; convivencia activa con personas y grupos portadores de diversidad en el marco de la identidad humana favorable al progreso y la construcción de la nueva sociedad, colectivismo, responsabilidad, honestidad y civismo.
Valoración de la dimensión comportamental: La valoración final de la dimensión comportamental resultó: no lograda, porque el primer indicador resultó estar parcialmente logrado y los otros dos indicadores no logrados. Se muestran dificultades en el conocimiento que tienen los estudiantes para realizar la caracterización sociocultural, en la creación y el empleo de herramientas metodológicas para el proceso de intervención comunitaria desde los proyectos socioculturales y las metodologías para el trabajo social. Existe una insuficiente preparación de los estudiantes, los profesores y la comunidad de los indicadores que evalúan el impacto de los procesos de intervención comunitaria. Necesidad de formar la competencia intervención comunitaria porque contribuye a la formación integral del gestor sociocultural.
La triangulación de datos corroboró las limitaciones que existen en la formación de la CIC en la carrera GSD, por lo que la variable objeto de estudio, se considera no lograda. A partir del análisis realizado, se confirma la necesidad de vías para el tratamiento teórico, metodológico y práctico de la CIC en el proceso de formación de los estudiantes de la carrera GSD.
Conclusiones
El análisis realizado permitió establecer las especificidades que caracterizan la formación de la CIC en los estudiantes de GSD, en la Universidad de Matanzas. Se pudo comprobar que en los documentos rectores de la carrera no se reconoce explícitamente la necesidad de la formación de la CIC, por lo que, estos no son lo suficientemente orientadores para conducir este proceso, desde las disciplinas del Plan de estudio “E”.
Los estudiantes no poseen los conocimientos necesarios acerca de la intervención comunitaria y las herramientas metodológicas a emplear como gestores socioculturales. Se reconoce la necesidad de un trabajo desde los colectivos de carrera, disciplinas, y de cada año para contribuir a la formación esta competencia.
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Contribución autoral
Yoanis Almeida Roldán: conceptualización, curación de datos, análisis formal, investigación
Rosa Elvira Alfonso Ramos: conceptualización, curación de datos, redacción del borrador original
Yinela Castillo Lozano: curación de datos, análisis formal Rosa Elvira Alfonso Ramos: conceptualización, curación de datos, redacción del borrador original
Gerardo Antonio Mier Daubar: redacción, revisión y edición
Declaración de conflictos de interés:
Los autores declaran que no existen conflicto de intereses.
Atenas Nro. 62 (2024) ISSN: 1682-2749
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